El recibo de luz subió de media un 4,1% en España en el segundo semestre de 2014 respecto a 2013
- Es el cuarto país de la UE con el precio de la electricidad doméstica más cara
- El del gas lo hizo un 7,5% de media, según los datos publicados por Eurostat
El precio de la electricidad doméstica en España aumentó de media un 4,1% en la segunda mitad del año 2014 en comparación con el mismo periodo de 2013. Así lo pone de manifiesto este miércoles Eurostat, que señala que en ese mismo período el incremento medio en el conjunto de la UE fue del 2,9% (del 2,7% en la zona euro).
Este alto nivel de precios se produce a pesar de que los impuestos en España son inferiores a la media europea. Los hogares españoles afrontan cargas fiscales del 21% (el IVA), frente al 36% de media de la zona euro y el 32% de la UE, y muy por debajo del 57% de Dinamarca o del 52% de Alemania, según la oficina estadística europea.
De hecho, España es el cuarto país de la Unión Europea (UE) con el precio de la electricidad doméstica más cara en la segunda mitad de 2014, con 23,7 euros por cada 100 kilovatios por hora, solo superada por Dinamarca (30,4 euros), Alemania (29,7 euros) e Irlanda (25,4 euros). La media europea se sitúa en 20,8 euros (22,1 euros en la zona euro).
En el recibo del gas el alza media fue del 7,5%, frente al del 2% en la UE, entre el segundo semestre del año 2014 y el mismo período del año 2013. La subida de precios domésticos del gas en España fue la segunda mayor de la UE, solo por detrás de la registrada en Portugal, del 11,4%, lo que contrasta con los descensos del 18% en Lituania y del 13% en Hungría.
Los precios de la electricidad incluyen impuestos y gravámenes
Los precios de la electricidad publicados por Eurostat se refieren a un hogar con un consumo anual de entre 2.500 y 5.000 kWh e incluyen impuestos y gravámenes (en el caso del gas, a hogares con un consumo anual de entre 5.600 y 56.000 kWh). Estos precios se ponderan por el consumo nacional de hogares para dar las medias de la Unión Europea.
La oficina estadística europea también señala que el precio final cobrado a los clientes depende de la estructura de las diferentes tarifas eléctricas y de los contratos que tengan los clientes con las compañías.
Los contratos normalmente contienen una serie de factores -incluidos los gastos fijos y los precios unitarios- que varían de acuerdo a la cantidad de electricidad consumida y a la hora del día en que se efectúe este consumo (un ejemplo de esto último es la tarifa nocturna).
En el caso de España, por ejemplo, una de las coas a tener en cuenta que en el recibo de la luz pesa más la parte fija -que incluyen los peajes- que el consumo en los clientes acogidos al Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC). Los peajes también repercuten en el precio pagado por los consumidores en el libre mercado.