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Roy Andersson: "El ser humano es absurdo, cruel, estúpido y muy hermoso"

  • Estrena Una paloma se posó en una rama a reflexionar sobre la existencia
  • Obtuvo el León de Oro en el último Festival de Venecia
  • RTVE.es entrevista el realizador sueco

Por
Tráier de 'Una paloma se posó en una rama a reflexionar sobre la existencia'

FICHA TÉCNICA

Título original: En duva satt på en gren och funderade på tillvaron

Año :2014

Duración: 101 min.

País: Suecia

Director: Roy Andersson

Guion: Roy Andersson

Reparto: Holger Andersson, Nils Westblom, Charlotta Larsson, Viktor Gyllenberg.

Roy Andersson es una rara avis de la bandada cinematográfica. Tras un debut avasallador (A swedish love story, 1970), conoció el fracaso (Giliap, 1975) y encontró refugió en la realización publicitaria, donde depuró un estilo único, basado en pictóricos planos fijos que juegan con la profundidad de campo para desplegar su humor y humanismo.

Convertido en una leyenda del mundo publicitario, en 2000 regresa al largometraje con Canciones del segundo piso, en la que encaja una suma escenas de su universo. Tras dar continuidad con otra joya, La comedia de la vida (2007), completa ahora la trilogía con Una paloma se posó en una rama a reflexionar sobre la existencia. Una cinta que no fue admitida en Cannes 2014, terminó en el Festival de Venecia, y obtuvo el León de Oro por aclamación.

Andersson (Gotemburgo, 1943) contesta a RTVE.es, con energía y buen humor, sobre una obra que describe como “local y universal” y sobre su inagotable creatividad que afirma pescar de “la vida misma, de los sueños, de lo que oigo de los sueños de otros, de lo que leo, de lo que veo en televisión y de la pintura sobre todo”.

PREGUNTA.: En Venecia afirmaste que, en cierto sentido, eres la paloma del título. ¿Quiere decir eso que tomas distancia para extraer la esencia de las cosas? ¿Es necesario un punto de vista no-humano?

RESPUESTA.: Es verdad, es una buena pregunta. Pero no quería estar distanciado, quería estar cerca del ser humano porque para hablar del ser humano necesitas una perspectiva cercana. Comencé esta película porque me inspiraron las pinturas de Pieter Brueghel el Joven. Él mostraba cómo la gente vivía en su tiempo, en los pueblos. Y siempre pintaba pájaros en los árboles que miraban hacia abajo, a los seres humanos. Así que es una especie de visión de conjunto, pero quería estar realmente cerca de la gente. Puedes estar cerca de la gente incluso en los planos generales.

P.: Somos absurdos, pero adorables. ¿Se resume así tu obra?

R.: Si, porque realmente quería hablar de todo el espectro del ser humano, que a veces es absurdo, cruel, estúpido, y, a veces, muy hermoso. No soy misántropo, no soy negativo ni pesimista aunque vea cosas tristes. Las pinturas de Goya reflejan situaciones negras, pero en el fondo estaba al servicio del humanismo. Espero que yo también.

P.: Si hay un hilo en la película es el de los dos vendedores de artículos de broma que fracasan vendiendo sus productos. Uno de ellos, cómicamente, no para de decir: “Nos gusta hacer reír a la gente”. ¿Te identificas con la intención de esa afirmación?

R.: Diría que quiero hace a la gente feliz. No hacerla reír todo el tiempo.

P.: Es irónico también que una leyenda de los anuncios publicitarios como tú, exponga tan claramente la ridícula esencia del acto de vender.

R.: (risas) Sí, realmente es una paradoja. Empecé con los anuncios porque tras mi segunda película nadie quería trabajar conmigo, ningún productor. El mundo de la publicidad me llamó, lo intenté y tuve mucho éxito. Y continué haciéndolo 20 años, mientras hacía cortos también.

Fue un modo de desarrollar mi estilo, gracias a la publicidad pude trabajar en estudio con un gran equipo técnico. Y debo decir que he trabajado en los anuncios tan duro como en las películas. Me he tomado ambas cosas muy en serio.

P.: Esa segunda película tuvo muy malas críticas, pero reconoce que trata de leer lo que se escribe sobre sus películas. ¿Realmente le importa?

R.: Sí, por supuesto, es muy importante. Estimulante también. Tuve muy malas críticas, pero no me dejaron fuera de combate. Me alentaron para ir más allá porque pensaba que eran críticas injustas. Rendirse no tiene sentido. Puedes estar triste, pero no rendirte.

P.: Su primera película, que se aleja de su estilo posterior, es igualmente admirada. ¿También la admira?

R.: Es un verdadero problema para mí (ríe). No puedo volver a mi antiguo estilo. No es posible, lo he dejado. Abandoné el realismo porque encontré lo opuesto, que yo llamo estilo abstracto. Y el estilo abstracto es más rico que el realismo.

Pero me encanta mi primera película, tiene mucha vitalidad. Yo y todo el equipo éramos muy jóvenes, estábamos llenos de energía y optimismo. Y todavía puedo sentir esas cualidades en la película.

P.: Siempre cita la pintura, pero también Luis Buñuel entre sus referentes.

R.: Buñuel es uno de mis preferidos. Viridiana está en mi top 3. Ladrón de bicicletas, de Vittorio De Sica, es la película más política de la historia del cine. Viridiana es la película más inteligente. E Hiroshima mon amour, de Alain Resnais, es la más poética.

Me gusta Buñuel porque no es romántico, no tiene un sentimiento de romanticismo. Es muy inteligente y humorístico incluso en las películas más oscuras. Viridiana habla muy seriamente de la situación den le mundo: dice que no hay piedad cuando te encuentras en una situación de superioridad, como el dueño de la casa en la película. Y Buñuel dice que eso es la verdad. Es bueno verlo, porque puedes aprender.

P.: Sobre esa situación del mundo, la película también puede verse como una llamada a la solidaridad.

R.: La solidaridad está siempre en peligro. Tenemos que estar alerta. Si perdemos la solidaridad, reina lo bárbaro. Tenemos que alejarnos de esa amenaza. El humanismo contra la barbarie es una lucha eterna.