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Los hutíes toman el control de la capital provincial fronteriza con Arabia Saudí

  • Los combatientes chiíes han contado con el respaldo de tropas militares aliadas
  • Coincide con la celebración de una reunión en Ginebra, auspiciada por la ONU
  • El conflicto ha causado más de 2.000 muertos y un millón de desplazados

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El movimiento rebelde chií de los hutíes ha tomado el control este domingo de la ciudad de Al Hazm, capital de la provincia septentrional de Al Yuf, en la frontera con Arabia Saudí, según ha informado a Efe fuentes tribales.

Los combatientes chiíes, que tienen en sus manos Saná y otras capitales provinciales, han contado en la operación con el respaldo de tropas militares aliadas.

Tras duros enfrentamientos con las fuerzas leales al presidente, Abdo Rabu Mansur Hadi, los hutíes entraron en el centro de la ciudad y se desplegaron en las sedes de la gobernación local y de la Brigada Mecanizada 115.

Testigos han revelado que aviones de combate de la coalición, encabezada por Arabia Saudí, bombardearon hace poco ese cuartel militar y otros lugares donde se concentran los hutíes.

Tiene una importancia estratégica

La provincia de Al Yuf, que se caracteriza por su geografía desértica, tiene una importancia estratégica debido a que está situada entre las provincias de Saada -el principal bastón hutí del Yemen- y Mareb, rica en petróleo.

Los rebeldes chiíes han logrado esta victoria después de varios meses de lucha con las milicias tribales que respaldan a Hadi, que reside en el exilio en Arabia Saudí.

Desde que en septiembre pasado comenzaron a expandirse por el territorio yemení, los hutíes se han hecho con el control de once capitales provinciales, de un total de 22.

La mayoría están situadas en el norte del país, como Amran y Hasha, así como dos en el sur: Lahesh y Shebua.

Está previsto que una delegación de los hutíes viaje este domingo a Ginebra para participar en una reunión con sus rivales, auspiciada por la ONU, para buscar una solución política al conflicto, que ha causado más de 2.000 muertos y un millón de desplazados internos.