Cientos de migrantes esperan en Ventimiglia ante el bloqueo francés en la frontera
- Francia endurece los controles en su frontera italiana de modo unilateral
- En Roma, 150 personas viven y duermen tras la estación de Tiburtina
- ACNUR advierte que la isla griega de Lesbos está desbordada
Dos centenares de migrantes, en su mayoría potenciales solicitantes de asilo, se concentran en la ciudad italiana de Ventimiglia, en la frontera con Francia, a la espera de que las autoridades galas les permitan el paso al país vecino. Francia tomó el martes la decisión unilateral de establecer controles más férreos en su frontera italiana y prohibir el paso a quienes no cuenten con un permiso de permanencia legal en la Unión Europea.
Los migrantes, mayoritariamente procedentes de África, se agolpan en la estación de Ventimiglia (poco más de 20.000 habitantes). Allí, las autoridades y la Cruz Roja han instalado duchas y baños, además de un furgón ambulatorio. El alcalde, Enrico Ioculano, estima que cada tarde llegan en torno a 80 personas procedentes de otras estaciones de Italia
Otro grupo numeroso permanece acampado en la escollera del puerto, sin condiciones mínimas de sanidad e higiene, como forma de protesta ante el bloqueo.
El cierre fronterizo es una decisión polémica que se enmarca dentro del reparto de cuotas a la inmigración en la UE que los ministros europeos de Interior han decidido este martes dejar en manos del próximo Consejo Europeo.
Un grupo de inmigrantes es asistido con mantas de mergencia por miembros de ONG y vecinos en Ventimiglia, Italia, en la frontera con Francia. AFP PHOTO / JEAN-CHRISTOPHE MAGNENET
El papa pide perdón por quienes "cierran la puerta"
"Yo no quiero ir a Francia. Quiero pasar, solo pasar, para ir a Noruega. Allí tengo primas y familia", explica Saddam Ahmed, un joven estudiante de fisioterapia sursudanés de 19 años, que espera la reapertura de la frontera en Ventimiglia.
Sobre improvisadas camas apiladas cerca de las rocas, Ahmed, que llegó a Italia a bordo de un pesquero procedente de Libia con otras 610 personas, señala que pretende llegar a Europa para encontrar "otro planeta" y asegura que esperará a la apertura de la frontera "el tiempo que sea necesario" porque no tiene otra opción.
Daniela, una de las vecinas que ha acudido a donar ropa, ha declarado que los países de origen de los refugiados son "como una casa que arde".
"¿Si tu casa arde, qué haces? ¡Escapas!", ha explicado.
El papa Francisco también se ha referido a la situación tras la audiencia general de los miércoles en Plaza de San Pedro. Francisco ha pedido "perdón" por "todas las personas y las instituciones que cierran la puerta a estas personas que buscan, la vida y a su familia".
Improvisado campo de refugiados en Roma
No solo Ventimiglia se ha convertido en destino para los migrantes. En Roma, el centro cultural Baobab, que dirige Daniel Zagghay, acoge a cientos de personas. "Hasta 850 personas" en los últimos días, señala. Además, otro grupo de 150 migrantes vive y duerme en un campamento detrás de la estación de Tiburtina y espera a ser realojado en un centro de acogida municipal, pero aún no se sabe cuándo estará listo para recibirlos, según ha explicado una portavoz de Cruz Roja.
Viviana Dumitru, voluntaria de Unicef, explica a Efe que la llegada de inmigrantes y refugiados empezó hace un mes y que la situación cada vez ha ido a peor. "Hay una emergencia continua porque siguen llegando. Hay hombres, mujeres, niños y ancianos. Hemos tratado de organizarles del mejor modo posible (...) Hay muchos voluntarios que vienen a jugar con los niños para que no estén mucho aquí, que hay mucha infección y suciedad", señala.
“Hay una emergencia continua, pero siguen llegando“
La estación se ha convertido en un improvisado campo de refugiados en el que pernoctan hombres, mujeres y niños en precarias condiciones higiénicas que han provocado el avance de enfermedades como la sarna.
Los pasillos de esta estación se encuentran saturados de colchones y en el ambiente se respira un intenso y desagradable olor, a pesar de que cada día decenas de voluntarios se afanan en limpiar el lugar.
En declaraciones a medios italianos, la asesora de Políticas Sociales del municipio de Roma, Francesca Danese, ha prometido facilitar a los inmigrantes el centro de acogida y ha indicado que, "desde el próximo lunes, empezarán las obras de reestructuración del edificio escogido".
La isla griega de Lesbos, desbordada
Mientras tanto, en Grecia se vive otra situación de emergencia por las llegadas por mar a sus islas del Egeo septentrional y el Dodecaneso.
Las condiciones de acogida para los refugiados están empeorando, según ha advertido el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en un comunicado, a pesar de los considerables esfuerzos que las autoridades locales y la sociedad civil.
Desde principios de año, más de 55.000 refugiados han alcanzado Grecia por vía marítima desde Turquía. Las islas que reciben más refugiados son Lesbos (con unas 21.600 llegadas), Quíos (9.400), Cos (8.900), Leros (3.900) y Samos (3.500), aunque también están llegando a otras zonas de Grecia. Más del 90% de estas personas proceden de países que están sufriendo guerras y conflictos, principalmente de Siria (más del 60 por ciento de las llegadas en 2015), Afganistán, Irak y Somalia.
La llegada masiva de inmigrantes económicos y soliciantes de asilo a las costas de los países del sur de la Unión Europea (UE) ha provocado una polémica en la Unión. La mayoría de países rechaza el sistema de cuotas propuesto por la Comisión Europea, para repartir entre Estados miembros a 40.000 demandantes de asilo llegados a Italia y Grecia desde el pasado 15 de abril.