Hungría pretende parar la ola migratoria con una valla en su frontera con Serbia
- El nacionalista Orban dice que así "defiende" el espacio Schengen
- Además, rechaza la propuesta de Bruselas para acoger refugiados
- Miles de personas que huyen de Oriente Medio transitan por ahí
Mientras Europa discute cómo frenar la actual ola migratoria, Hungría ha anunciado la construcción de una alambrada en su frontera sur con Serbia para impedir que los clandestinos, incluidos refugiados, accedan a la zona Schengen de libre circulación.
El Gobierno conservador nacionalista húngaro ha advertido de que "no puede esperar más" a que se tomen decisiones a nivel europeo y ha informado de la construcción de una valla de 4 metros de altura a lo largo de los 175 kilómetros de frontera con Serbia, por la que unos 53.000 migrantes han pasado en lo que va de año sin papeles.
Mientras que a comienzos de año Hungría registró un gran número de peticiones de asilo procedentes de Kosovo, en los últimos meses han llegado sobre todo refugiados de los conflictos en Oriente Medio.
Ceuta y Melilla
"Hungría no viola ninguna de sus obligaciones legales, ni acuerdos internacionales", ha afirmado este miércoles el titular de Exteriores, Péter Szijjártó, al recordar que otros países de la UE "defienden sus fronteras" con alambradas. El ministro aludía a las fronteras de Turquía con Grecia y Bulgaria y, expresamente, a los casos de Ceuta y Melilla.
Una vez registrados por las autoridades locales, los inmigrantes que llegan a Hungría tratan de proseguir camino hacia otros países europeos, sobre todo Alemania, Suecia o Austria.
Por eso, argumenta el primer ministro magiar, Viktor Orban, Hungría no se "defiende" sólo a sí misma ante la llegada de estos inmigrantes, sino a toda la zona Schengen.
La alambrada con Serbia es sólo la medida más reciente del Ejecutivo de Orban contra de inmigración.
Anteriormente, se ha enviado a todos los hogares del país un cuestionario para ver la "opinión ciudadana" sobre la inmigración irregular, con preguntas que sugieren una vinculación directa entre este fenómeno y el terrorismo, como ha criticado la UE.
“Es preocupante que haya un ambiente hostil creciente hacia los inmigrantes“
Además, se han colocado en las calles carteles en húngaro en los que se advierte a los inmigrantes de que deben respetar la cultura y las leyes del país y que no podrán quitar el trabajo a la población autóctona.
"Es preocupante que haya un ambiente hostil creciente hacia los inmigrantes", asegura Ernö Simon, portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Budapest.
Pulso en la derecha extrema
La oposición de izquierdas ha rechazado de lleno los planes de construir una valla, que ha calificado de "inhumana e inaceptable" y que ha definido como un "nuevo Telón de Acero".
"Con o sin valla, hay que dejar entrar en el país a todos aquellos que llegan a Hungría pidiendo asilo", ha opinado el director del programa de refugiados de la ONG defensora de los derechos humanos Comité de Helsinki, Gábor Gyulai, según el portal Index.
El tema de la inmigración ilegal, a pesar de ser un reto de todo el continente europeo, ha adquirido en Hungría carácter de política interna, ya que el gobernante partido Fidesz busca recuperar su popularidad ante el temor de que muchos de sus votantes se marchen al ultraderechista partido Jobbik.
Sea como sea, el Gobierno húngaro no está solo en la UE con su rechazo a la propuesta de la Comisión Europea sobre unas cuotas de reparto de refugiados, pues más de una decena de países no está de acuerdo con esta iniciativa tal y como está planteada.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE discutirán la cuestión en Bruselas el 25 y el 26 de junio.