La red española de alerta de tsunamis, lista para funcionar a falta de la aprobación definitiva
- Se prevé que el sistema de alerta esté operativo a final de 2015
- Es improbable que haya un tsunami, pero afectaría más a Cádiz y mar de Alborán
- Puertos del Estado pasa datos en tiempo real al IGN de cambios en el mar
Son fenómenos muy poco frecuentes y no se pueden predecir. Los tsunamis, olas de gran tamaño y energía provocados en su mayoría por terremotos, nos son familiares por las catástrofes que han causado en lejanos países como Japón (2011) o Chile (2010).
En el Mediterráneo y en la costa atlántica española los tsunamis son menos frecuentes, cuenta a RTVE.es Begoña Pérez, de la División de Oceanografía Portuaria de Puertos del Estado y una de las responsables de la puesta en marcha en España de la futura Red Nacional de Alerta de Tsunamis.
Los maremotos han sido uno de los temas que han centrado el primer congreso Cambio y Variabilidad Global y Regional del Nivel del Mar que ha acogido recientemente la UIB con más de 120 científicos de todo el mundo.
Por otra parte, España participa desde hace años, en la red NEAMTWS (Sistema de Alerta Temprana de Tsunami en el Atlántico Noreste y el Mediterráneo), pero aún no cuenta con un sistema propio de aviso de maremotos.
El retraso se ha debido, principalmente, a la falta de financiación, como ha indicado Pérez, aunque desde 2004 se han ido realizando mejoras, entre otros, de los sistemas de detección sísmica del Instituto Geográfico Nacional (IGN) y de la red de mareógrafos repartidos por toda la costa española que gestiona Puertos del Estado.
Asimismo, Protección Civil está preparada para actuar en el caso de que se produjera un tsunami -como en caso de ocurrir otros desastres, como sismos o inundaciones-, aunque en la actualidad están pendientes de la aprobación definitiva de un protocolo específico para maremotos, la Directriz básica de Protección Civil, que está previsto que vea la luz a finales de 2015.
Zonas de riesgo de tsunamis
La experta de Puertos del Estado ha apuntado que las zonas de más riesgo en caso de producirse un tsunami son el Golfo de Cádiz y la costa del mar de Alborán.
"En Cádiz la frecuencia de maremotos es muchísimo menor, pero de ocurrir sería más catastrófico", ha manifestado. Y es que en esta zona, un tsunami asoló Cádiz tras un terremoto con epicentro en el sur del Algarve en 1755.
“En Cádiz una gran ola podría llegar en menos de una hora“
"Se estima que la ola podría llegar en menos de una hora", ha señalado. Sin embargo, un reciente estudio publicado en la revista Sedimentary Geology recogía que el fenómeno afecta a la costa andaluza cada mil años, tras analizar sedimentos de la playa de Barbate.
Donde sí se registraron daños por un tsunami fue en el puerto de Palma, donde impactó una ola en 2003 provocando daños pero no víctimas. Pérez considera importante contar con una buena red que transmita datos en tiempo real para avisar con el máximo tiempo posible a Emergencias y a la población.
¿De cuánto tiempo se dispone? "Depende de la distancia del epicentro del terremoto de la costa", contesta la investigadora, quien destaca que en el Mediterráneo el tiempo de aviso es "inferior a media hora en algunos casos", mientras que en cuencas como el Pacífico, la gran ola puede tardar hasta 14 horas en llegar.
Preparación ante un maremoto
Desde el IGN, el director de la Red Sísmica Nacional, Emilio Carreño, ha comentado que llevan años trabajando en cómo será la red de alerta de tsunamis, teniendo en cuenta las diferentes características de la costa española, y llevan a cabo simulaciones.
"Provocamos nuestras propias alertas con los terremotos que hay en zonas que pueden generar tsunamis. Añadimos una magnitud más grande y vemos cómo reaccionaríamos", ha afirmado Carreño, quien ha destacado que tienen seleccionadas áreas del Atlántico -donde los terremotos tiene una magnitud muy baja- y del Mediterráneo, donde los sismos del norte de Argelia tienen magnitud mayor.
“Es poco probable un tsunami en el Mediterráneo, pero no hay ausencia de riesgo“
El IGN combina sus datos con los recibidos en tiempo real de los 40 mareógrafos de Puertos del Estado. En referencia a un posible fenómeno en el Mediterráneo, Begoña Pérez subraya que "la población no se tiene que asustar, pero no hay ausencia de riesgo. Vale la pena disponer de una alerta.
Alertar a la población
Después de contar con los datos geológicos y de cambios en el nivel del mar, el paso más importante es avisar a Protección Civil y a la población en general.
Carreño ha relatado que en las simulaciones, y con ayuda de universidades, han conseguido reducir a segundos la interpretación de los datos -saber a qué ciudad va a llegar, a qué hora y la altura de la ola-, mientras que antes eran 20 minutos.
Desde Protección Civil, Gregorio Pascual asegura que es fundamental enseñar a la ciudadanía cómo actuar en caso de maremoto en las zonas más sensibles de sufrirlo. Para ello han editado una guía técnica para profesores para que expliquen en las escuelas qué es un tsunami, cómo se produce y cómo actuar.
A la espera de ver aprobada la directriz, están analizando todas las posibilidades para actuar en caso de alerta. "Entre ellas, una evacuación vertical, es decir, subirse a edificios", ha apuntado. Y es que por ejemplo, en Cádiz, prácticamente todas las poblaciones tienen una única carretera hacia el interior.
"En este caso habría que seguir una máxima chilena: Si vives junto al mar y sientes temblor, súbete al cerro", ha remachado Pascual, quien ha señalado que plasmarán todas las acciones a seguir en los distintos planes autonómicos de Protección Civil.
Falta de colaboración de países del norte de África
De las conversaciones con todos los responsables se desprende que es muy importante la colaboración entre países, tener suficientes detectores sísmicos y mareógrafos y acceso a los datos. En el caso de España, por ejemplo, el IGN está negociando compartir red con Portugal.
"La costa española bastante cubierta, también la francesa. Pero en el caso de Marruecos no tienen definido un sistema de alerta de tsunami como tal. De momento intercambiamos datos a nivel de sismos, pero no de mareógrafos", ha contado Begoña Pérez de Puertos del Estado.
Pérez ha señalado que llevan años tratando de conseguir acceder a los datos de las estaciones del norte de África.
"Pertenecen a militares y no comparten los datos con la comunidad internacional. No conseguimos que se instalen más equipos y los que los que están se integren en redes internacionales", ha contado. Así, están trabajando a nivel técnico y buscando contactos a nivel político para revertir la situación.