La Casa Blanca permite a los familiares de estadounidenses secuestrados pagar rescates
- El Gobierno no procesará judicialmente a aquellos que paguen dinero
- Ofrece contacto más directo a las familias y un nuevo centro de coordinación
- Los familiares critican la asistencia del Gobierno al que acusan de amenazas
El presidente de EE.UU. , Barack Obama, ha anunciado este miércoles que su Gobierno no procesará judicialmente a los familiares de estadounidenses secuestrados en el extranjero que paguen rescates por su liberación, tras las críticas recibidas por el asesinato de varios rehenes norteamericanos en el último año.
"Estas familias ya han sufrido suficiente, y no deberían sentirse nunca ignoradas ni victimizadas por su Gobierno", ha apuntado Obama en un acto en la Casa Blanca, después de reunirse con familiares de estadounidenses secuestrados.
No obstante, Obama ha matizado que su Gobierno no cambiará su política de no pagar rescates a las organizaciones que mantengan cautivos a estadounidenses, pese a las quejas. "Hacer eso supone arriesgarse a poner en peligro a más estadounidenses y financiar el mismo terrorismo que estamos tratando de parar", ha afirmado el mandatario.
El pasado febrero, el Gobierno de EE.UU. confirmó la muerte de la cooperante estadounidense Kayla Mueller, en poder del grupo autodenominado Estado Islámico (EI). Además de la cooperante, los periodistas James Foley y Steven Sotloff, y el estadounidense Peter Kassig también han muerto a manos del grupo yihadista.
A día de hoy, más de una treintena de una treintena de personas se encuentran secuestradas fuera de territorio estadounidense según ha explicado la consejera de Seguridad Nacional y Contraterrorismo, Lisa Monaco.
Mayor comunicación con las familias de los secuestrados
Los cambios en la política del Gobierno respecto al secuestro de nacionales en el extranjero resultan de una revisión ordenada por Obama el año pasado que se ha materializado este miércoles en una orden ejecutiva y una nueva directiva política en la que explica los cambios, que buscan una mayor comunicación con las familias de los secuestrados a lo largo del proceso para lograr su liberación.
Obama ha añadido que la política oficial "no impide la comunicación con los secuestradores de rehenes por parte del Gobierno, las familias o terceras partes", y que "cuando sea apropiado", la Administración estadounidense "puede asistir a las familias" en esos esfuerzos para "asegurar la seguridad" de sus familiares.
Los cambios contemplan también la creación de un centro de coordinación, con representantes del FBI y los departamentos de Justicia, Estado y Defensa, para asegurar que las familias de los secuestrados reciben apoyo y asesoría adecuada.
Críticas a la asistencia del Gobierno
Desde el pasado verano, cuatro estadounidenses han sido asesinados por el EI, y los familiares de varios de esos estadounidenses han calificado de incoherente e incluso contradictoria la asistencia que les aportaron las autoridades durante el secuestro.
"He expresado (a estos familiares) en privado lo que quiero decir públicamente: que es cierto que ha habido veces en las que nuestro Gobierno, a pesar de sus buenas intenciones, les ha decepcionado. Les he prometido que podemos hacerlo mejor", ha indicado Obama.
Otras familias se han quejado de haber recibido amenazas por parte del Gobierno de ser procesadas judicialmente si intentaban pagar un rescate. Algo que Obama ha asegurado que eso no se repetirá. "Lo último que deberíamos hacer jamás es profundizar el dolor de una familia con amenazas como esas", ha afirmado el presidente que ha subrayado que, hasta ahora, ningún estadounidense ha sido nunca procesado por pagar un rescate.
El mandatario ha explicado que desde los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, "más de 80 estadounidenses han sido secuestrados por grupos asesinos dedicados al terrorismo o la privacidad", y de ellos, "más de la mitad" han regresado a EE.UU., pero "trágicamente, muchos otros no lo han hecho".