El BCE decide mantener los préstamos de emergencia para los bancos griegos
- La institución analiza cómo actuar ante el cercano fin del rescate heleno
- El Eurogrupo rechazó conceder una prórroga por el referéndum de Tsipras
- Grecia estudia imponer controles de capital y cerrar los bancos el lunes
El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido seguir apoyando a Grecia y mantener en el nivel del viernes los préstamos de emergencia para los bancos griegos, de manera que no quiebren y el país no salga de la zona del euro.
El consejo de Gobierno del BCE se ha reunido este domingo por teleconferencia después de que se interrumpieran las negociaciones entre Grecia y los acreedores para decidir cómo actuar ante el inminente fin del rescate heleno, que termina la noche del próximo martes 30 de junio.
El Eurogrupo decidió este sábado no prorrogar el rescate tras el anuncio del líder heleno, Alexis Tsipras, de convocar un referéndum para que sean los propios ciudadanos los que voten si aceptan o no la propuesta de las instituciones, algo que no ha gustado a los socios.
Esta madrugada, tras más de 14 horas de debate, al Parlamento heleno aprobó la celebración de la consulta, lo que ha tensado aún más unas negociaciones que algunos líderes europeos dan por rotas.
Controles a la banca griega
La inyección del BCE a Grecia busca evitar la fuga de depósitos del país, por lo que de suspenderse la ayuda como afirmaban algunos medios, los bancos helenos tendrían que poner un límite a la salida de depósitos de sus clientes o incluso cerrar sus puertas este lunes.
De hecho, el ministro griego de Finanzas, Yanis Varoufakis, ha confirmado en una entrevista en la BBC que están estudiando esa posibilidad.
El consejo de estabilidad del sistema financiero griego se ha reunido esta tarde para preparar los próximos pasos a seguir tras la decisión del BCE. "Tomaremos toda medida que sea necesaria para que no haya problemas en la vida cotidiana de los griegos", ha señalado Varufakis al término de esa reunión del consejo de estabilidad del sistema financiero, celebrada en su ministerio.
Mientras, durante el fin de semana en las calles de Grecia se han visto largas filas de ciudadanos que retiraban efectivo de los cajeros, hasta unos 400 millones de euros, que se suman a otros casi 4.000 millones que sacaron de sus bancos en la semana precedente por miedo a que el país termine fuera de la eurozona.
Incertidumbre en los mercados
Existe mucha incertidumbre sobre la reacción este lunes de los mercados financieros a estos acontecimientos, que el BCE seguirá de cerca.
El presidente del BCE, Mario Draghi, ha dicho que continuarán "trabajando estrechamente con el Banco de Grecia" y respaldando "con firmeza el compromiso de los estados miembros de prometer actuar para afrontar las fragilidades de las economías de la zona del euro".
El gobernador del Banco de Grecia, Yannis Stournaras, afirma que "el Banco de Grecia, como miembro del Eurosistema, tomará todas las medidas necesarias para asegurar la estabilidad financiera para los ciudadanos griegos en estas difíciles circunstancias".
La prensa griega informa de que el BCE pidió al Gobierno griego que introduzca controles de capital a partir de este lunes o de lo contrario interrumpirá la provisión urgente de liquidez.
El consejo de gobierno se reunirá el próximo miércoles, dijo a Efe una fuente conocedora de la situación.
Preparados para proteger el euro
Asimismo, la entidad monetaria ha dado la bienvenida al compromiso de los ministros de la zona del euro de "tomar todas las medidas necesarias para mejorar más la resistencia de las economías de la zona del euro y de estar preparados para dar pasos decisivos para fortalecer la Unión Económica y Monetaria".
La cantidad máxima de préstamos de emergencia que los bancos griegos pueden solicitar al Banco de Grecia se acerca a los 90.000 millones de euros. "El consejo de gobierno está preparado para reconsiderar esta decisión", añade en el comunicado.
El BCE ha revisado diariamente desde hace una semana esta cantidad tras la intensificación de la fuga de capitales y la retirada de efectivo en grandes cantidades de los bancos griegos por el temor a que el país pueda salir de la zona del euro.
Asimismo el BCE hizo hincapié en que está decidido a usar todos los instrumentos disponibles dentro de su mandato. Estos instrumentos incluyen inyecciones de liquidez y compras de deuda, que influyen en el nivel de los tipos de interés en los mercados.
El actual presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, y otros cinco miembros del consejo de gobierno votaron ya la semana pasada en contra de mantener la ayuda financiera a los bancos griegos, según algunos medios, si bien el BCE no ha dicho nada al respecto.
El BCE y los bancos centrales de la zona del euro comenzaron a comprar en mayo de 2010, bajo la presidencia del francés Jean-Claude Trichet, deuda soberana de Grecia, que ya no se podía financiar en el mercado a tipos de interés razonables.
Aunque las compras se pararon ya en marzo, este programa finalizó en septiembre de 2012, cuando el BCE, que tiene deuda griega por valor nominal de 19.800 millones de euros, decidió iniciar un segundo programa de compra de deuda, que nunca ha llegado a aplicar pero que sirvió para frenar los movimientos especulativos en el mercado, que entonces penalizaban a España e Italia.
Desde marzo de este año el BCE y los bancos centrales nacionales compran grandes cantidades de deuda pública de los países de la zona del euro pero Grecia está excluida de este programa.