El Supremo de EE.UU. avala el uso de un polémico sedante en las inyecciones letales
- El fármaco midazolam falló en tres ocasiones en 2014 causando una lenta agonía
- Varios estados como Oklahoma y Florida habían paralizado este tipo de ejecuciones
El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha avalado la legalidad de las inyecciones letales que contienen midazolam, un polémico sedante que en 2014 falló en tres ocasiones provocando un sufrimiento prolongado en los condenados a muerte a los que se les administró.
El fallo, apoyado por cinco de los nueve magistrados del Alto Tribunal, mantiene la situación actual y autoriza a estados como Oklahoma y Florida a reanudar la aplicación de la pena de muerte, paralizada desde enero.
La demanda contra el midazolam fue interpuesta por cuatro presos condenados a muerte en Oklahoma al cuestionar que su uso viola la Octava Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que protege a los ciudadanos de "castigos crueles o inusuales".
El caso tiene su origen en la ejecución en abril de 2014 de Clayton Lockett en Oklahoma, un preso que agonizó durante 43 minutos después de que le suministraran una inyección defectuosa y cuyo caso suscitó mucha polémica en el país. El reo sufrió convulsiones y jadeó porque el midazolam, el paralizante bromuro de pancuronio y cloruro de potasio que detiene el ritmo cardíaco, falló.
Aunque la de Lockett fue la que tuvo más repercusión, otras dos ejecuciones en Arizona y Ohio tuvieron características parecidas.
Oklahoma, Florida y Ohio podrán retomar las ejecuciones
Los estados empezaron a utilizar este sedante en 2013, cuando los proveedores europeos de componentes para la inyección letal se negaron a seguir vendiendo sus productos con ese fin.
Con esta decisión, el Supremo abre la puerta a que Oklahoma ejecute a Richard Glossip, John Grant y Benjamin Cole, los presos que interpusieron la demanda.
El cuarto preso de la demanda, Charles Warner, recibió una inyección letal en enero, una semana antes de que el Supremo dictara la suspensión de las ejecuciones a la espera del fallo conocido este lunes.
A parte de Oklahoma, Florida y Ohio podrán reanudar ahora sus ejecuciones con inyecciones letales de midazolam, mientras que Alabama, Virginia, Luisiana o Kentucky tienen luz verde para utilizarlo por primera vez.
Otros estados como Texas y Misuri, los que más aplican la pena capital, usan pentobarbital como sedante, un componente que hasta la fecha no ha dado problemas pero que el resto no ha sido capaz de conseguir.