Al menos 20 civiles muertos en un bombardeo de los hutíes sobre la ciudad yemení de AdÉn

• La ciudad es bastión de las fuerzas del presidente Hadi
• La zona también es blanco de los bombardeos de la coalición árabe

Fotografía de archivo de milicianos leales al presidente yemení Abdo Rabbo Mansour Hadi disparan desde un tanque. EFE/STRINGER

Al menos veinte civiles han muerto este miércoles en un bombardeo efectuado por los rebeldes hutíes contra un barrio residencial de la ciudad de Adén, en el sur del Yemen y bastión de las fuerzas del presidente, Abdo Rabu Mansur Hadi.

Fuentes médicas han explicado a Efe que los numerosos heridos, entre ellos mujeres y niños, no han podido ser evacuados del barrio de Al Mansura debido a los combates, por lo que los dos hospitales de la zona están saturados.

La gravedad de la situación ha obligado a las autoridades a solicitar ayuda a la población y pedir que done sangre para atender a las víctimas. El ataque ha sido perpetrado con proyectiles de mortero y tanto habitantes locales como miembros de la Resistencia Popular -milicia de Hadi- han acusado a los hutíes del mismo.

Adén, escenario de intensos combates

El populoso distrito de Al Mansura está en manos de la Resistencia Popular pero rodeado por los insurgentes del movimiento chií. Las fuentes han advertido de que los hutíes se están preparado para irrumpir en Al Mansura, donde hasta ahora no se había producido una escalada de la violencia.

Adén, la principal ciudad del sur del Yemen, es escenario de intensos combates entre los hutíes y las milicias leales a Hadi, que defienden la urbe. Hace tres días, los rebeldes bombardearon la principal refinería del puerto de Aden, lo que causó un gran incendio y la muerte de un trabajador.

La zona también es blanco de los bombardeos de la coalición, liderada por Arabia Saudí, que ataca desde marzo posiciones de los hutíes para evitar, entre otras cosas, que se hagan con el dominio de Aden.

Este martes, al menos 1.200 prisioneros, entre ellos varios sospechosos de Al Qaeda y delincuentes muy peligrosos, escaparon de una cárcel de la ciudad de Taiz, en el suroeste del Yemen, en medio de combates entre los bandos rivales.