Melancolía y creatividad en la España del siglo de Oro, sombra de luz sobre la inspiración
- Una exposición profundiza sobre la idea de la melancolía, creativa, social y filosófica
- Más de 70 obras analizan la proyección de este concepto en la España del siglo de Oro
- Podrá visitarse en Valladolid hasta el 12 de octubre de 2015
"Melancolía, significa en griego 'bilis negra', un líquido que circula por el organismo de las personas y causa desesperación, pero también genialidad y una enorme fuerza imaginativa; este es su vínculo con el mundo del arte", explica a RTVE.es María Bolaños, directora del Museo Nacional de Escultura en Valladolid. La instutición acoge hasta el día 12 de octubre la exposición Tiempos de melancolía. Creación y desengaño en la España del Siglo de Oro.
La muestra reúne más de 70 obras de arte, medicina, filosofía, astronomía, música, botánica y literatura que delimitan el imaginario de una época, el Siglo de Oro. Un tiempo en el que la creaitividad artística alcanzó las más altas cotas y convivió con una conciencia social marcada por el desengaño del imperio decadente. "España es uno de los primeros países en que se presta atención desde el punto de vista médico y se tipifica esta figura", señala Bolaños.
"Es un tema que cala profundamente en el mundo de la literatura española, Cervantes en el Quijote, Góngora, Baltasar Gracián, etc., y en las manifestaciones del arte plástico, Ribera, Velázquez, Murillo, en los maestros del renacimiento y barroco españoles, profundizan en su naturaleza desde el punto de vista religioso y filosófico", añade.
Caballeros de triste figura
"La exposición proyecta la idea del mito original, inventado en Grecia, sobre la cultura española de de los siglos XVI y XVII", detalla la directora. No hay un artista que ejemplifique la melancolía, pero el "sentimiento saturnino" habita en muchos de ellos, desde los manieristas del siglo XVI como El Greco o Berruguete, a Pedro de Mena, Alonso Cano o Ribera en el barroco español.
Cinco secciones distribuyen las piezas en un relato artístico, antropológico, religioso, científico y filosófico. En un país profundamente marcado por la Contrarreforma y el desengaño de un imperio que se tambalea, la expresión artística y literaria se nutre de lo que acucia al espíritu. Lope de Vega, Tirso de Molina, frecuentan la figura del "príncipe melancólico", que la realidad política encarna en la figura de Felipe II. El fatalismo y la convicción de la inevitabilidad del mal y la locura se convierten en temáticas recurrentes.
Con la participación de la Obra Social "La Caixa" y la colaboración del Museo del Prado, el Museo de Bellas Artes de Valencia, la Biblioteca Nacional, y otras instituciones, la organización ha coordinado préstamos y una distribución en tres sedes: Valladolid, Valencia y Palma de Mallorca.
Dibujado con tinta vieja, un caballero de triste figura cabalga los paisajes de la idiosincrasia ibérica. Un hidalgo flaco, desengañado y obcecado en lo único que el rodillo del poderoso no puede arrebatarle, la dignidad. La reedita en un ridículo que ríen esos que le aplastan, pero a él le ha hecho inmortal. Son muchos más los colores que completan la composición, obviamente. Y su vigencia es aplastante. Si no, pregúntenle a Cervantes.