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John Kennedy Toole, el mito detrás del mito

  • Una nueva biografía revisa al autor de La conjura de los necios
  • Desmonta la visión de escritor maldito y torturado
  • La casa del Lector de Madrid celebra su obra con el 'Ignatius Day'

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John Kennedy Toole (1937-1969).
John Kennedy Toole (1937-1969).

Un suicidio oculta todo rastro de alegría en cualquier biografía, especialmente si el suicida es un artista. Es el caso de John Kennedy Toole (1937-1969), paradigma del escritor rechazado en vida y celebrado tras su fallecimiento. Nunca pudo publicar una obra maestra, La conjura de los necios, y terminó con su vida a los 31 años. El empeño de su madre Thelma y la intervención del escritor Walker Evans lograron que la novela se publicara. Luego llegaron el Pulitzer póstumo y la consagración de obra de culto para su novela y su protagonista: el moralista, vanidoso y también incomprendido Ignatius J. Reailly.

“La sombra del suicidio ha marcado la manera en la que entendemos a Kennedy Toole y revisamos todo a través de las lentes del suicidio, como si no hubiera tenido otra opción”, explica Cory MacLauchlin, autor de Una mariposa en la máquina de escribir (Anagrama), biografía de Kennedy Toole recién editada que tiene la intención de enmendar las biografías ‘malditistas’ centradas en su fracaso, la obsesiva relación con su madre y su supuesta homosexualidad reprimida.

MacLauchlin, joven profesor de literatura y amante de Nueva Orleans, está en Madrid para presentar su libro y también para acudir a la celebración de Kennedy Toole que ha organizado la Casa del Lector de Madrid con el nombre de ‘Ignatius Day’.

Desmontar al escritor maldito

Primer paso: rebajar la visión del escritor aplastado por la incomprensión de las editoriales. No fue un editor cualquiera, sino una referencia como Robert Gottlieb, quien rechazó la publicación por considerar que La conjura de los necios “no tenía sentido”. “Los escritores abrazan la historia de Toole como una vindicación de sus propios fracasos”, sostiene su biógrafo. “Es el mito del artista que envía manuscritos a los duros editores de Nueva York y nadie entiende su brillantez, pero la verdad es que solo se lo envío a Robert Gottlieb. Y lo cierto que la respuesta fue «eres un escritor con talento, envíame más»”.

La biografía se muestra menos complaciente con Thelma Toole, la madre obsesionada con la genialidad de su hijo que siempre mantuvo que el rechazo de Gottlieb acabó con la vida de JKT. “La imagen pública de Thelma era distinta de la privada. Por un lado insistía a los profesores sobre el genio y talento de su hijo, pero luego en casa era muy dura”. Y recalca que La conjura de los necios fue escrita en 1963 en Puerto Rico, durante su estancia en el ejército, “precisamente cuando más alejado estaba de su madre”.

Otro mito es que la enfermedad mental del escritor “siempre estuvo allí”. “Sus compañeros universitarios describen a un hombre que amaba reír y no rehuía las fiestas. No era del tipo artista-oscuro-que-esconde-secretos”.

Su sátira de Nueva Orleans transcendió lo local, tal vez por la mezcla cultural de la ciudad que el propio escritor destacó en las citas que abren la novela. “Es una ciudad española realmente aunque fundada por franceses. Y al mismo tiempo tiene una mentalidad isleña: la gente de Nueva Orleans no se preocupa más que de Nueva Orleans", afirma MacLauchlin.  "Toole participaba de eso, pero le encantaba alejars e. Y por eso pudo hacer la gran sátira de Nueva Orleans”.

Y algo de esa esencia puede respirarse en el 'Ignatius Day' que celebra La casa del Lector de Madrid donde, además de las charlas de MacLauchli y Jorge Herralde (editor de la novela en España) se puede disfrutar de música sureña y, como no, algún perrito caliente al estilo Ignatius.