Moda y arte, un romance de alta costura
- Viktor&Rolf descuelgan cuadros que se convierten en vestidos
- Azzaro se inspira en el glam rock y la música disco
- Zuhair Murad se dirige a una mujer más joven y osada
- Fendi celebra 50 años de relación profesional con Karl Lagerfeld
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Desde que aterrizaron en la mítica casa Azzaro, Arnaud Maillard y Álvaro Castejón han hecho de ella una etiqueta especial que combina, con un lujo moderno, sensualidad y elegancia.
Sus vestidos, de cóctel y noche, se tiñen de colores oscuros y mezclan distintos códigos estéticos rescatados de diferentes décadas, como el glam rock, las divas de la música disco o el hippy de luxe.
Las prendas juegan con las transparencias y la escasez de tejido para resaltar la piel. Unas veces, insinuando; otras, potenciando cada poro, consiguiendo un contraste de texturas que invita a la caricia.
Contrastando con el brillo mate de la piel vemos texturas que brillan y alegran motivos salvajes. Las rayas verticales favorecen la silueta y tanto los estampados como los bordados florales aportan feminidad a diseños de fuerte carga erótica, siempre manteniendo la elegancia.
Zuhair Murad sorprende con un cambio de registro. El libanés se desprende de ese aire cursi, de cuento principesco, para adentrarse en terrenos más atrevidos, cargando sus propuestas con grandes dosis de sensualidad.
Nocturna, atrevida e irresistiblemente joven, su propuesta quiere seducir a una clienta que exprime la vida, vistiéndose con los colores de la noche y decorándose con el brillo de las estrellas.
La expectación se centraba en el Teatro de los Campos Elíseos. Karl Lagerfeld celebraba que lleva 50 años diseñando para Fendi y lo hacía con una colección brutal, extravagante y osada de 36 diseños en piel.
Las texturas en blanco y negro dominan casi toda la propuesta pero permiten que destaquen otros, como las van en rosa palo o las que llevan aplicaciones de oro o plata. Sofisticada, barroca y osada, la colección tiene una fuerte carga dramática, algo que se enfatizó con el telón de fondo que reproducía una pintura de Chirico.
En esta edición se ha hablado mucho de moda y arte pero… nos quedaba por ver lo mejor. El talento del dúo Viktor&rolf intenta explicar la relación entre esos dos conceptos y lo hacen con vestidos que salen directamente de cuadros colgados en la pared.
Los modistos los descolgaban para cubrir a las modelos con ellos a las modelos. Destacan los diseños que llevan estampados arty y sobre todo los que van rematados por el marco. Y es que lo que parecía un lienzo blanco era un lino o un crepé de seda; lo que parecía una pintura, era en realidad un vestido de fiesta.
Todo indica que esta colección irá a parar al museo Boijmans Van Beuningen, de Rotterdam. Quizá allí podramos resolver la eterna duda: ¿La moda es arte o solo ropa?
Jean Paul Gaultier juega con sus archivos en una colección en la que reinterpreta sus códigos marineros y explora la sofisticada estética de las tribus africanas.
Muy teatral, la propuesta lleva vestidos que juegan con las texturas opacas y las transparencias, volúmenes tridimensionales y siluetas marcadas por los círculos, un elemento que recorre la colección.