Joaquín Sorolla, pinceles como rayos de luz
- El Museo Sorolla organiza una muestra sobre el tratamiento que el pintor daba a la luz
- La exposición podrá visitarse entre el 14 de julio y el 18 de enero
- Las 54 piezas expuestas pertenecen a colecciones del museo
Para atrapar en sus telas la magia de una luz cambiante, como la difícil paisajística del mar, Joaquín Sorolla no solo se apoyaba en una especial velocidad de ejecución. El artista valenciano, "el pintor de la luz", desarrolló una sensibilidad extrema hacia este elemento, natural o artificial, en interiores y, sobre todo, en exteriores.
En un contexto en el que las sensaciones reclaman protagonismo sobre la ortodoxia en composición y la pintura figurativa, acompañado por los ecos del éxito del impresionismo y contemporáneo de los cimientos de las vanguardias, el genio personal de Sorolla trazó desde su tratamiento de la luz una firma propia. Entre el 14 de julio y el 18 de enero, la exposición Sorolla. Arte de la luz en el Museo Sorolla, recorre y analiza en 54 piezas la aproximación del pintor al tratamiento de la luz en sus cuadros.
"La intención de la muestra es que el visitante advierta cómo Sorolla utiliza la luz de diferentes maneras y para ello hemos agrupado los cuadros de forma que se aprecien esos cambios, esas nuevas experiencias de la luz", ha señalado Consuelo Luca de Tena, directora del museo. Una propuesta que queda ilustrada por obras como La Alberca, La hora del baño, Madre, Saltando a la comba, o Reflejos de un fuente.
Año Internacional de la Luz
El evento se desarrolla en el marco de la celebración del Año Internacional de la Luz 2015. Se trata de un proyecto promovido por la UNESCO y que cuenta en España con el alto patrocinio de la Casa Real. El recorrido finaliza con la exhibición de Después del baño la bata rosa, de 1916, "una de sus obras más enigmáticas y una de las que más me impresiona", ha comentado Blanca Pons-Sorolla, bisnieta del artista.
Esta obra "absolutamente redonda", añade Pons-Sorolla, la pinta en la época en que estaba trabajando en la decoración de la Hispanic Society "y decide descansar. Es un momento de plenitud maravilloso que pasa junto con su familia y en el que quiere que la playa de Valencia sea la Grecia que había animado a muchos artistas a pintar cosas maravillosas".
En los cinco apartados en que los comisarios Consuelo Luca de Tena, directora del museo, y José Manuel Pascual han dividido la exposición se analizan las distintas formas de iluminación que Sorolla cultivó y en las que no solamente fue capaz de reproducir los distintos matices de la luz, sino que supo evocar la sensación de vida que la luz natural transmite y la emoción que en él suscitaba ese juego de la luz.
Desde la sensibilidad a la ciencia, y viceversa
En el recorrido se pueden contemplar también una serie de fotografías en las que aparece Sorolla pintando algunos de los cuadros expuestos y analizando la forma de organizar la relación con su motivo, su posición respecto a la luz, o la elección del encuadre.
En la época en que vivió el valenciano, la ciencia realizó grandes avances en el conocimiento de la misteriosa naturaleza de la radiación electromagnética visible. Desde finales del siglo XIX, los progresos técnicos fueron haciendo de la luz, tanto artificial como natural, un bien cada vez más accesible.
Mientras se extendía el uso de la iluminación artificial, las nuevas técnicas constructivas mejoraban el aprovechamiento de la luz natural en los edificios. La forma en que la luz se adueñó de la pintura era nueva; si hasta entonces había servido para iluminar los objetos, desde mediados del siglo XIX, los objetos servían como soportes de la luz.
Organizada por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, en colaboración con la Fundación Museo Sorolla, la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación Iberdrola España, todas las piezas pertenecen a colecciones del museo, excepto una procedente de una colección particular.