Más de 160 linces muertos en Doñana desde 1982, una cifra que va en aumento
- El mayor riesgo para los felinos son los atropellos, por delante de los furtivos
- Sin embargo, el número de linces ha aumentado en las últimas décadas
En las últimas tres décadas se han encontrado en el área de Doñana más de 160 linces muertos. La causa principal, que en los años 80 era el furtivismo y la caza, ha dejado paso a los atropellos, que son ahora el mayor riesgo para este felino.
Así se desprende del informe sobre la mortalidad del lince ibérico en el área de Doñana (1982-2013) y de la Memoria de Actividades del Espacio Natural de 2014, a los que ha tenido acceso Efe, que cifran en 163 las muertes registradas en 32 años, las últimas 7 durante el pasado año.
Los informes apuntan a una cierta tendencia ascendente de la mortalidad, con picos en los años 1984 (9 ejemplares), 1995 (10), 2007 (11) y 2013 (10). Una tendencia al alza que, según los expertos, hay que interpretarla con prudencia, pues son muchos los factores que dificultan la comparación de la tasa de mortalidad en el tiempo, como la dinámica poblacional o las variaciones del esfuerzo de seguimiento, especialmente de radioseguimiento, a lo largo de estos años.
Aumenta el número de linces en Doñana
En los años 80 la población de linces en Doñana rondaba los 50 ejemplares. Desde entonces, el número ha fluctuado en los últimos años, hasta llegar a 80 en el año 2014, 14 ejemplares menos que el año anterior. Este aumento de linces podría incrementar las probabilidades de muerte.
Si se analiza la distribución por edades de los animales muertos, un 44 % eran adultos, alrededor de un 46 % subadultos, un 7 % cachorros y en un 3 % de los casos la edad no aparece descrita en los archivos. No hay apenas diferencias por sexo de los animales, siendo un 47 % los machos muertos, un 40 % las hembras y el resto indeterminado.
La causa más frecuente de muerte es el atropello
Sobre las causas de las muertes, el informe recoge que en un 20 % de los casos no pudieron ser determinadas y de las conocidas la más frecuente es el atropello, con alrededor del 42 % de los episodios, seguido del furtivismo con 16 %, las enfermedades 13 %, causas naturales 5 % y el 4 % serían incidentes tales como ahogamiento en pozos o capturas accidentales.
Hasta los años ochenta el furtivismo y la caza, antes de la protección legal de la especie, eran las principales causas de mortalidad del lince ibérico. Desde entonces, el aumento de velocidad y el número de vehículos, junto con el asfaltado de más vías de comunicación y a la mayor dispersión de linces en el terreno han hecho que los atropellos sea la principal causa de muerte.
Todavía hay cazadores furtivos
Los informes resaltan que a pesar de esa a la tendencia a la baja en muertes por furtivismo, el uso de métodos prohibidos y la actividad furtiva siguen siendo frecuentes en las zonas linceras, como ponen de manifiesto los hallazgos regulares de lazos, cepos, fauna tiroteada y vísceras de animales.
A modo de conclusiones, los expertos recomiendan el control poblacional y sanitario como pieza clave para prevenir el contagio del lince de enfermedades causadas por la antropización del medio y a la acción humana, e incluir en el diseño y mejora de infraestructuras de transporte lineales las actuaciones oportunas para mejorar la conectividad y favorecer la desfragmentación del hábitat para afrontar el problema de los atropellos.
En esta última línea, aconsejan además evaluar las medidas de permeabilización tanto para el lince ibérico como para el conjunto de la fauna silvestre.