El Parlament reprueba a Jordi Pujol por ocultar fondos en el extranjero
- Los grupos han votado las conclusiones de la comisión de investigación
- De ellas se deriva que hay indicios de irregularidades en sus negocios
- Todos menos CiU han votado a favor para reprobar al expresidente
El pleno del Parlament catalán ha reprobado este martes al expresidente de la Generalitat Jordi Pujo por haber ocultado fondos en el extranjero y también ha concluido que hay indicios de irregularidades en los negocios de su familia, además de advertir sobre la "connivencia" entre ciertos partidos y el poder económico.
La cámara ha votado el informe que recoge las conclusiones de la comisión de investigación sobre el fraude, evasión fiscal y la corrupción, que tuvo lugar el pasado viernes, por lo que este martes ha procedido a reprobar a Jordi Pujol por su conducta.
No es la primera vez, sin embargo, que el Parlament reprueba al expresidente. El pasado 17 septiembre, en el debate de política general, Pujol ya fue reprobado "por los actos delictivos reconocidos" por el propio exlíder catalán.
Al votar las conclusiones de la comisión, la reprobación de Pujol ha sido aprobada por todos los grupos menos el de CiU, que no ha secundado ninguna propuesta inculpatoria o de exigencia de responsabilidades políticas al expresidente.
Critican el "capitalismo de amiguetes"
El Parlament ha reclamado también, con los votos del resto de los grupos, que "se levante el secreto bancario" sobre las cuentas que Jordi Pujol y su familia "han tenido en el extranjero".
Además del caso Pujol, las conclusiones aprobadas se extienden a otros ámbitos, y por ejemplo, el Parlament ha reprobado "la actuación" del departamento de Empresa y Ocupación en el caso ITV en el que está imputado Oriol Pujol, exdirigente de CDC.
Al analizar los motivos de fondo que generan corrupción, el Parlament advierte sobre la "connivencia" y la "confusión" entre lo privado y lo público, las empresas y las instituciones, que da pie a lo que se ha denominado como "capitalismo de amiguetes".
A diferencia de lo ocurrido en la comisión, CiU y ERC han unido sus votos para impedir que prosperaran dos conclusiones en que se criticaba que el president Mas pudiera estar al corriente de los negocios de su padre o también de los de Oriol Pujol.
Reprobados algunos líderes del PP
El capítulo de reprobaciones ha incluido a más personas que a Jordi Pujol. Así, sin los votos del PPC, ha sido reprobado el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, "por su falta de colaboración" con la comisión, por "la falta de resultados en la lucha contra la corrupción".
Asimismo, ha sido reprobada la líder del PPC, Alícia Sánchez-Camacho, por su "actitud de opacidad" en relación al caso Camarga, y "por haber hecho afirmaciones contradictorias en sus declaraciones en sede judicial y en sede parlamentaria".
Reacciones abiertas
CiU se ha quedado sola al votar muchas de las propuestas del resto de partidos, y su diputado David Bonvehí ha reconocido que a su grupo no le gustaban las conclusiones, además de cuestionar la utilidad de la comisión. Marc Vidal, de ICV-EUiA, se ha preguntado cómo CiU puede preconizar un nuevo país sin siquiera haber hecho la más mínima auto-crítica.
Para Jordi Terrades, de PSC, las "dudas" sobre la gestión privada y pública de Jordi Pujol y su entorno familiar trasciende al ámbito catalán. Por su parte, Santi Rodríguez, del PPC, ha lamentado que se reprobara a cargos por no asistir en el Parlament y ha dicho no compartir la crítica al sistema fiscal español "aunque es mejorable".
Carlos Carrizosa, de Ciutadans, ha considerado que "estamos en un final de época" y ha pronosticado que los gobiernos nunca más volverán a ser como los de Pujol. Isabel Vallet, de la CUP, ha rechazado la mayoría de las conclusiones por entender que "son meras declaraciones de principios" pero ha elogiado la comisión ya que "hemos podido ver quién ha mandado, su catadura moral y la podredumbre del sistema".
Por último, Oriol Amorós, de ERC, ha concluido que la corrupción se produce cuando se dan tres factores: un poder sin contrapesos (como el de la época de Jordi Pujol), la confusión de lo privado y lo público, y los pactos políticos que tenían cláusula de protección mutua.