Noruega rememora la matanza de Utoya cuatro años después con una polémica exposición
- En la exposición se podrán ver los restos materiales de la masacre
- Breivik acabó con la vida de 77 personas
- El terrorista fue condenado a 21 años de prisión, la pena máxima de Noruega
Oslo inagura este miércoles una exposición en conmemoración al cuarto aniversario de los atentados cometidos por el ultraderechista Anders Behring Breivik en 2011, que acabó con la vida de 77 personas.
Breivik hizo estallar una furgoneta bomba que mató a ocho personas en la capital noruega. Después se desplazó al campamento socialdemócrata en la isla de Utoya donde asesinó a tiros a otras 69, la mayoría adolescentes.
La exposición denominada 'Centro 22 de julio' ha levantado polémica, ya que exhibirá restos de la masacre, como los hierros carbonizados de la furgoneta que estalló en Oslo, el falso carné de policía que llevaba Breivik y la caja en la que transportó la munición hasta Utoya.
También se podrán ver los efectos personales de los jóvenes, como cámaras y móviles, desde los que llamaron a la policía o a sus familiares durante el ataque.
Según el responsable de la exposición, Tor Einar Fagerland, el objeto "más potente" es la sentencia judicial en la que se relata al detalle lo ocurrido. Breivik fue condenado a 21 años de prisión prorrogables de forma indefinida, la pena máxima en Noruega.
Un llamamiento a la reflexión
El objetivo de la exposición es convertir esta muestra temporal en un centro de reflexión y de formación, abierto al público en general, que podrán visitar grupos escolares.
"Es un lugar que podemos elegir visitar, o no visitar, pero que estará ahí para todos nosotros a partir del 22 de julio y durante los próximos cinco años", ha explicado Fagerland, que reconoce que las heridas siguen abiertas en muchas de las familias de las víctimas y que muchas decidirán no acudir.
"El Centro 22 de julio nos cuenta qué pasó", ha añadido Fagerland, convencido de que los objetos, fotografías, vídeos y textos que se presentan ayudan a recordar que ese día "realmente ocurrió, en un sitio real, y afectó a personas reales".
Un día antes de la inaguración de la exposición se realizó en la capital una ceremonia solemne en recuerdo de las víctimas, a la que acudió la primera ministra de Noruega, Erna Solberg. Acto seguido, se celebró una misa en la catedral de Oslo. Por la tarde, también se realizó un acto en honor a las víctimas en la isla de Utoya.