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Un tribunal libio condena a muerte a un hijo de Gadafi y otros ocho responsables de aquel régimen

  • También reciben la pena capital el ex primer ministro y el ex jefe de inteligencia
  • La ONU considera que no ha sido un juicio justo

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Un tribunal libio ha condenado a muerte a Saif-Al-Islam, el hijo de Gadafi

Saif al Islam, uno de los hijos de Muamar al Gadafi, ha sido sentenciado a muerte en Libia junto a otros ocho responsables del anterior régimen acusados de graves crímenes. Con todo, la suerte de los condenados es incierta en medio del caos que vive el país.

Además del considerado heredero político de Gadafi han sido condenados a muerte su último primer ministro, Bagdadi al Mahmudi, y su jefe de los servicios secretos, Abdalá Senusi, como los más destacados.

En concreto, se les juzgaba por la sangrienta represión de la revuelta que precedió al conflicto armado que condujo a la caída del régimen en 2011 tras cuatro décadas de abusos. Saif el Islam también es reclamado por la Corte Penal Internacional por crímenes contra la humanidad.

El tribunal que dictado la sentencia se encuentra en Trípoli, donde gobierna una coalición de milicias (incluidas algunas islamistas) que comptite con otro gobierno en Tobruk.

Saif al Islam está desde 2011 en manos de un antiguo grupo rebelde en Zintan que se opone al actual Ejecutivo de Trípoli y ha rechazado siempre su entrega a este.

En total se ha juzgado a 37 responsables libios (38 según otras fuentes). Además de las ocho penas de muerte, otros ocho dirigentes han sido condenados a cadena perpetua, el resto a diversas penas intermedias y cuatro han sido absueltos, según fuentes jurídicas citadas por Reuters.

El primogénito de Gadafi no asistió al proceso, pero lo siguió por videoconferencia. La mayoría de los otros acusados fueron detenidos en Trípoli, controlada por la milicia islamista de Fayer Libia (Amanecer de Libia), afín al gobierno de Trípoli.

La ONU dice que no ha sido un juicio justo

La ONU ha declarado que el juicio del hijo de Gadafi, Saif al Islam, no ha sido justo y ha deplorado la pena de muerte a la que ha sido condenado, tanto a él como a otros ocho altos cargos del régimen de su padre.

"Hemos seguido de cerca la detención y el juicio y consideramos que los estándares internacionales de un juicio justo no se han cumplido"

"Hemos seguido de cerca la detención y el juicio y consideramos que los estándares internacionales de un juicio justo no se han cumplido", ha dicho la portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, Ravina Shamdasani.

Entre las deficiencias más graves que han detectado figura el hecho de que no se establecieron responsabilidades penales individuales en relación con delitos concretos.

La organización también ha corroborado serios problemas relacionados con el acceso a abogados, quejas por malos tratos y juicios realizados en ausencia del acusado.

La ONU ha reconocido que las violaciones de los derechos humanos deben ser sancionadas, pero ha recalcado que esto debe hacerse "respetando escrupulosamente las normas y procedimientos que garantizan un juicio justo y los derechos de los acusados".

"Si se falla en esto la injusticia sólo se agrava", ha comentado Shamdasani en declaraciones a los periodistas, y ha pedido a las autoridades libias “que introduzca reformas legales de manera urgente para que los derechos humanos sean plenamente respetados en la administración de justicia".

Desde el asesinato de Muamar al Gadafi, a manos de rebeldes que le capturaron meses después de haber sido derrocado, Libia sufre una creciente inestabilidad que ha permitido a grupos extremistas y bandas criminales realizar sus actividades con impunidad.

Ahora, dos facciones políticas opuestas se disputan el poder y tienen el control de distintas partes del territorio nacional. Trípoli está controlada por la milicia islamista de Fayer Libia (Amanecer de Libia), mientras que el parlamento que reconoce la comunidad internacional trabaja desde Tobruk, en el extremo nororiental del país.