Raúl Arévalo termina el rodaje de 'Tarde para la ira', su debut como director
- La película, que cuenta con la colaboración de Televisión Española, se estrenará en 2016
Arévalo ganó en 2010 el Goya al mejor actor de reparto
El actor Raúl Arévalo concluirá este viernes en Martín Muñoz de las Posadas el rodaje de su primera película como director. Tarde para la ira, con los actores Antonio de Torre y Luis Callejo, como protagonistas, cuenta con la colaboración de Televisión Española.
Arévalo –que ha trabajado, entre otras películas, en La isla Mínima (2014) y que ganó el Goya 2010 al mejor actor de reparto por Gordos- conoce desde niño esta localidad segoviana en la que nacieron sus padres.
Luis Callejo, que encarna el papel de Curro, ha señalado este martes en declaraciones a Efe que se trata de la historia de una venganza y de la violencia del ser humano. Además, ha advertido que nadie espere una comedia, aunque la realice Arévalo, porque es "muy cruenta y muy dura".
Con referencia temporal en 2002, en Martín Muñoz de las Posadas se ruedan, desde el martes pasado, escenas de caminos vecinales y de entorno rural, incluso una verbena en plena plaza del pueblo.
Llevaba tiempo preparando el guion
"Está todo el pueblo volcado con Raúl y su película", ha sostenido Callejo, quien ha contado que conoció al actor y director cuando rodaban juntos en 2008 El patio de mi cárcel, de Belén Macías. Fue entonces cuendo Arévalo le contó que estaba escribiendo un guion y que, si algún día lo rodaba, los protagonistas serían él y De Torre.
Luis Callejo ha dicho que tiene mucha confianza con este proyecto que, a su juicio, no va a ser el único de Raúl Arévalo porque cree que lo de actor apareció en el camino y que "siempre había soñado con ser director y está sobradamente preparado por lo que está demostrando".
La película, que se estrenará en 2016, con un presupuesto de 1,2 millones, se está llevando a cabo "con mucho esfuerzo por parte de mucha gente", según Callejo. Por último, el actor ha afirmado que se rueda en 16 milímetros, "como en los viejos tiempos, hace que todo el mundo esté más concentrado y hay que llegar muy afinados a la hora de rodar pues el metro de película cuesta un dineral".