Tres exdirectivos de la dueña de Fukushima serán imputados por el accidente nuclear
- Los jefes de TEPCO en 2011 responderán por negligencias muy graves
- La decisión la ha tomado un comité judicial popular de Tokio
Un comité judicial de Tokio ha fallado a favor de imputar a tres antiguos directivos de la empresa propietaria de la central nuclear de Fukushima por su responsabilidad en el accidente atómico desatado por el terremoto y tsunami que golpeó el noreste de Japón el 11 marzo de 2011.
Tras la decisión de este comité de investigación judicial, compuesto por ciudadanos elegidos por sorteo, el Tribunal del distrito de Tokio está obligado a imputar a los tres ex altos cargos de Tokyo Electric Power (TEPCO) por negligencia con resultado de lesiones y muerte.
Los tres exdirectivos de la empresa eléctrica que serán procesados son Tsunehisa Katsumata, de 75 años y presidente de la compañía en el momento del accidente, y los exvicepresidentes de TEPCO, Sakae Muto, de 65, e Ichiro Takekuro, de 69.
Esta será la primera vez que se abre un proceso de responsabilidad penal en Japón por el accidente nuclear, según Efe.
Discrepancia con el tribunal profesional
El tribunal tokiota había desestimado a principios de año una decisión similar de este órgano de investigación, raramente usado en Japón y compuesto por 11 ciudadanos anónimos, recuerda Efe. Se consideró entonces que no existía suficiente base para imputar por negligencia a los tres exejecutivos.
Sin embargo, el panel insistió en proseguir su investigación y ha vuelto a votar este viernes a favor del procesamiento.
De acuerdo a la ley nipona, el que este comité dé su aprobación por segunda vez resulta en la "imputación obligatoria" del sospechoso o sospechosos.
El seísmo de 9 grados de magnitud en la escala Richter y el tsunami que devastaron el noreste nipón el 11 de marzo de 2011 causaron más de 18.000 muertos y desaparecidos, y provocaron en la central de Fukushima Daiichi el peor accidente nuclear desde el de Chernóbil (Ucrania) en 1986.
Las emisiones y vertidos resultantes mantienen desplazadas a miles de personas que vivían junto a la planta, y han afectado gravemente a la agricultura, la ganadería y la pesca local.