Obama presenta su plan contra el cambio climático: "La ciencia nos dice que tenemos que hacer mucho más"
- Quiere reducir las emisiones de carbono un 32% para 2030 respecto a 2005
- Califica el fenómeno como la "mayor amenaza para el futuro", también en seguridad
- "Somos la última generación que puede hacer algo. No hay plan B"
En línea con los compromisos de la ONU, el presidente de EE.UU., Barack Obama, ha fijado un objetivo de reducción de emisiones de carbono de las centrales térmicas de su país como eje de su mayor plan contra el cambio climático, una amenaza que hasta ahora, había minusvalorado: “La ciencia nos está diciendo que tenemos que hacer mucho más”, ha declarado.
En una comparecencia, el mandatario ha subrayado que no hay mayor amenaza para las futuras generaciones que el cambio climático, que incluso el Pentágono considera un "riesgo" para la seguridad nacional estadounidense.
El Plan de Energía Limpia presentado por Obama pretende que Estados Unidos reduzca para 2030 en un 32% las emisiones de dióxido de carbono de las centrales termoeléctricas respecto a los niveles de 2005.
“La ciencia nos está diciendo que tenemos que hacer mucho más", ha dicho Obama.
En su discurso, el gobernante ha recordado que las plantas termoeléctricas emiten aproximadamente un tercio del total de los gases de efecto invernadero y que hasta ahora no tenían límites.
Ahora, cada estado deberá elaborar planes para reducir sus emisiones con unas metas personalizadas, aunque según el presidente tendrán "tiempo y flexibilidad" para cumplir con la nueva normativa fijada por la Agencia de Protección Medioambiental (EPA).
Afinidad con el papa
"Solamente tenemos un hogar, un planeta. Somos la última generación que puede hacer algo. No hay un plan B", ha dicho Obama al admitir que ningún país por sí solo puede hacer lo suficiente para frenar el calentamiento global.
Por ello, este Plan de Energía Limpia complementa el objetivo general con el que EE.UU. se ha comprometido ante la ONU con miras a la conferencia mundial sobre cambio climático que se celebrará en diciembre en París.
Esa meta, formalizada en marzo, consiste en que Estados Unidos reducirá para 2025 sus emisiones de gases que favorecen el efecto invernadero --en total, no solo las procedentes de centrales termoeléctricas-- entre un 26 y un 28 % respecto a 2005.
Obama también ha afirmado que, como dejó claro el papa Francisco en su encíclica sobre el cambio climático, la lucha contra este problema mundial es "una obligación moral".
La lucha contra el cambio climático se ha convertido en una de las prioridades de la recta final del mandato de Obama, mientras algunos políticos republicanos mantienen su escepticismo sobre sus efectos e incluso sobre la existencia del calentamiento.
Rechazo republicano
Varios de esos republicanos, entre ellos algunos precandidatos presidenciales, la industria del carbón y parte de la comunidad empresarial afirman ue las nuevas directrices de la EPA para las termoeléctricas destruirán miles de empleos y encarecerán el coste de la energía.
El aspirante presidencial republicano Marco Rubio ha criticado el plan al considerar que "elevará el coste de la electricidad para millones de estadounidenses" y no mitigará los efectos del cambio climático.
Los republicanos tienen mayoría en el Congreso. Del lado demócrata, el apoyo parece que costará menos. La favorita en las primarias, Hillary Clinton, ha dicho que "es un buen plan". "Cuando sea presidenta, lo defenderé", ha asegurado en un comunicado.
Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ya ha elogiado el plan como "una muestra de la determinación de EE.UU. para responder al calentamiento global" y constituye "un ejemplo del liderazgo visionario que hace falta para reducir las emisiones y combatir el cambio climático", según palabras de su portavoz, Stéphane Dujarric, recogidas por Efe.
"El liderazgo a través del ejemplo del presidente Obama es esencial para atraer a otros países clave y lograr un acuerdo universal, duradero y significativo en París en diciembre", ha añadido Dujarric, en referencia a las negociaciones internacionales en curso.