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Rosetta, un año junto a un cometa

  • La misión Rosetta ha permitido trazar el origen y la evolución del cometa 67P
  • La sonda seguirá estudiando el cometa hasta septiembre de 2016, cuando , cuando aterrizará sobre él

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Imagen inédita del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko
Imagen inédita del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko

La sonda europea Rosetta cumple este jueves un año gravitando alrededor del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, al que llegó tras viajar durante una década en estado de hibernación y sobre el que aterrizó meses más tarde el módulo Philae.

Para celebrarlo, y a solo una semana de su punto más cercano al Sol, la Agencia Espacial Europea (ESA) ha difundido una imagen inédita de ese objeto rocoso que viaja por el espacio y en el que los científicos esperan encontrar pistas sobre el origen de la vida en la Tierra.

Tanto conectar con el cometa como posar un dispositivo en él supuso uno de los mayores hitos europeos en la historia de la exploración espacial.

“Al llegar al cometa, los equipos de la misión tuvieron que superar una serie de desafíos, como aprender a volar en un entorno impredecible y a veces inhóspito. La nave ha enviado (a la Tierra) datos científicos increíbles de este intrigante cometa”, resumió la ESA en un comunicado.

Sus hallazgos

Entre el conocimiento que ha aportado la misión, más allá de la pericia de alcanzar su destino y aterrizar en él, se cuenta el descubrimiento de vapor de agua con un “sabor” diferente al de los océanos terrestres que alimenta el debate sobre si los cometas trajeron el agua a nuestro planeta.

El hallazgo de nitrógeno molecular en el 67P también sugiere que los cometas pueden proceder del frío y distante Cinturón Kuiper. Se sabe además que el cometa no está magnetizado, al menos a gran escala.

“Ahora el cometa se encuentra a una semana del perihelio, el punto de su órbita de 6,5 años en el que más se acerca al Sol“, agregó la Agencia Espacial Eurpea, sobre el fenómeno que tendrá lugar el próximo día 13 de agosto, cuando el 67P se encontrará a 186 millones de kilómetros de la Tierra.

Se trata de un período “científicamente muy importante” ya que el polvo y los gases del elemento ofrecerán entonces información “importante” sobre el ciclo de vida del cometa.

Por ejemplo, los cambios en la superficie muestran material fresco que aún no ha sido alterado por la radiación solar, lo que ofrece una ventana para observar las capas que hay debajo de la superficie del cometa.

Nuevos desafíos

“Será la primera vez (…) que se puedan monitorizar los cambios en la superficie de un cometa en relación con el incremento de su actividad”, explicó Nicolas Altobelli, uno de los científicos que trabajan con la sonda de la ESA.

La sonda, que llegó a estar a solo 6 kilómetros del 67P, opera ahora desde una distancia más segura, a unos 300 kilómetros de su objeto de estudio.

Otro punto que centra el interés de los científicos pasa por observar cómo la actividad del cometa se reduce en los meses posteriores al perihelio. “Esperamos que Rosetta pueda entonces volver a acercarse al núcleo y ver cómo ha cambiado la superficie durante su cercano encuentro con el Sol“, indicó la ESA.

La sonda seguirá funcionando como un laboratorio alrededor del 67P hasta septiembre de 2016, cuando “planeamos que aterrice en el cometa“, explicó el director de la misión, Patrick Martin.