Cuba mira a la nueva embajada de EE.UU. en La Habana como el símbolo de un cambio que está por llegar
- Tras los actos oficiales la incógnita es cómo y a qué ritmo será el acercamiento
- El embargo, Guantánamo y los derechos humanos son los principales escollos
- Una comisión bilateral decidirá la nueva hoja de ruta el próximo septiembre
Con sus banderas ya izadas en las embajadas de Washington y La Habana, Cuba y Estados Unidos, un proceso cuya hoja de ruta será definida en una comisión bilateral que celebrará su primera reunión los próximos 10 y 11 de septiembre en La Habana.
Culminado el restablecimiento diplomático después de más de medio siglo de enemistad, llega ahora el momento de la normalización de relaciones con importantes escollos en el camino, como el embargo económico y comercial contra Cuba, la demanda de la isla para que se le devuelvan los terrenos de la Base Naval de Guantánamo o las profundas diferencias en torno a los derechos humanos.
De los discursos pronunciados el viernes durante la reapertura de la embajada estadounidense en Cuba, puede extraerse que Washington y La Habana tienen la voluntad de seguir avanzando en sus relaciones. La pregunta que ahora se hacen locales y visitantes es cómo y a qué ritmo se producira este acercamiento.
Largo camino para la conciliación
El acontecimiento del 14 de agosto ha sido la noticia destacada este sábado en los medios cubanos, todos oficiales, con titulares como "Inicia un largo y complejo camino" en Granma, órgano oficial del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC, único) o "Es posible construir relaciones civilizadas entre Cuba y Estados Unidos" de Juventud Rebelde.
Mientras, los dos periódicos han reproducido íntegramente los discursos del secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, y el canciller cubano, Bruno Rodríguez, en la calle los habaneros han recuperado la normalidad con el deseo de que la nueva era con EE.UU. conlleve, sobre todo, mejorías para la población.
Los retos económicos
“Esperamos que nos ayuden con la economía. “
"Lo que el pueblo espera es que esta nueva reconciliación sea un paso de avance. Esperemos que tenga resultados, que las relaciones se estrechen y que nos ayuden en lo que tiene que ver con la economía", ha señalado a Efe sin ir mal encaminada Madelín, licenciada en Cultura Física.
La hipotética reintegración del país en las instituciones financieras internacionales -como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)- es una de las grandes incógnitas tras el proceso de normalización diplomática a las que hay que añadir los grandes retos en infraestructura, inversión extranjera y acceso a reservas internacionales.
La mayor parte de ellos solo podrían ser encarados con la asistencia de estas instituciones, que hasta hace bien poco eran descalificadas por el régimen de los hermanos Castro. Cuba fue miembro tanto del FMI como del BM, pero salió de ambos en 1960 y 1964, respectivamente, tras el triunfo de la revolución comunista en 1959. Por contra, nunca formó parte del BID, ya que éste se constituyó un año más tarde de la revolución castrista, en 1960.
Obama solo puede suavizar el camino
Si bien el gran obstáculo para la reintegración cubana en estas instituciones es la ley Helms-Burton de 1996, que obliga a los representantes de EE.UU. a votar en contra de la entrada de Cuba en estos organismos internacionales, también es necesario que La Habana solicite formalmente su ingreso en las instituciones, recuerda a Efe el director del área latinoamericana del centro de estudios Atlantic Council, Peter Schechter, que cree que ninguna de estas dos posiciones parecen haberse modificado por ahora.
La clave podría estar en el embargo económico, señala Schechter, que prevé una visita de Obama a La Habana dentro de un año. Ahora bien, aunque el presidente de EE.UU. no tiene poderes en este sentido (depende de un Congreso mayoritariamente republicano y reticente a actuar), lo ideal sería que allanara el camino para que Cuba pudiese recibir asistencia técnica en estos aspectos, explica a la agencia la jefa del grupo de trabajo de Cuba y directora de política en el centro de estudios Council of the Americas, AlanaTummino.
El objetivo sería avanzar hacia un posible "escenario intermedio" en el que Cuba, sostiene Tummino, "no se convierta en miembro de pleno de derecho" de las instituciones de manera que EE.UU. "no lo bloquee", y así "permita que se establezcan estos contactos técnicos". En este punto, una posible solución pasa por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), institución de carácter subregional, que no cuenta entre sus miembros a Washington.
La barrera de los Derechos Humanos
Ahora bien, cualquier levantamiento del embargo pasa antes por el asunto de los derechos humanos, un mensaje que Kerry utiliza como un reclamo imprescindible para Cuba que, por su parte, se siente "orgullosa de su ejecutoria" en la garantía del ejercicio pleno de los mismos, según dijo el viernes el canciller Bruno Rodríguez, quien reiteró la disposición de La Habana de conversar con EE.UU. sobre cualquier tema "aceptando que en algunos de ellos será difícil ponerse de acuerdo".
Este choque de posturas hace ser más cautelosos a los escépticos como Ledis, una habanera jubilada que creen que hay que esperar aún al desarrollo del proceso para ver resultados. Sin embargo, muchos confían que las nuevas relaciones faciliten los contactos con los familiares de una y otra parte.
“La reconciliación es lo más inteligente. “
"Estoy feliz porque creo que debe haber un cambio. Eso es lo que todos nosotros estamos esperando, que la situación de todos mejore", explica a la agencia APTN el cubano Electo Rosell que coincide con la opinión de Raúl Salvi al otro lado del estrecho de Florida. "Vine a EE.UU. cuando tenía 16 años y he esperado este momento mucho, mucho tiempo. La reconciliación es lo más inteligente. Como dice Obama, hay que progresar en la vida, y nosotros estamos progresando en este momento", asegura.
Nuevos símbolos para una nueva era
Más allá de los escollos, La Habana ha vivido este sábado la resaca de una jornada histórica luciendo unos renovados símbolos en el emblemático Malecón: las barras y estrellas estadounidenses ondeando en un edificio que también desde este día tiene en su fachada el rótulo en bronce de "Embassy of the United States of America" junto al escudo norteamericano.
"Quisimos venir a verla hoy, cuando no había tanta gente, y hacernos fotos con la bandera ondeando", han explicado a Efe Anne y Richard, dos jóvenes mochileros norteamericanos que compraron el pasaje a Cuba el día que supieron la fecha de la reapertura formal de la misión diplomática estadounidense en la isla.
“Verla así flotando es como un símbolo de paz“
"Fue un día histórico y estuvimos aquí, fue algo extraordinario. Y ahora verla así flotando es como un símbolo de paz, de que sí se puede vivir en armonía", ha insistido Anne, que por falta de viento no pudo tomar la imagen perfecta de las barras y las estrellas el mismo viernes por la tarde.
Con la misma intención se han acercado a la zona grupos de brasileños, españoles, franceses u holandeses, como Albert, que ha aprovechado para hacerse un selfi con la bandera a sus espaldas. "Voy a ser la envidia de todos mis amigos en Instagram", ha bromeado tras declararse afortunado de que su estancia en Cuba haya coincidido con la ceremonia de reapertura.
Un momento para la historia, unos símbolos que este sábado se han convertido en un atractivo más para decenas de turistas extranjeros, pero quedan más por llegar. Cuba espera y sus habitantes ansían la consolidación de un nuevo periodo de cambio para la isla en cuyo camino la visita de Kerry ha supuesto el cierre de un ciclo y la apertura de otro.