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Un tiroteo en Estambul y un atentado contra soldados ponen de nuevo en jaque a Turquía

  • Los atacantes del palacio de Dolmabahçe de Estambul ya han sido detenidos
  • Ocho soldados turcos han muerto en un atentado en el este del país
  • Turquía vive una oleada de ataques desde hace un mes

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La policía turca acordona las inmediaciones del palacio de Dolmabahçe de Estambul tras un ataque armado.
La policía turca acordona las inmediaciones del palacio de Dolmabahçe de Estambul tras un ataque armado.

Turquía vive una nueva jornada de violencia. Dos hombres armados con rifles de largo alcance han disparado este miércoles a los guardias del Palacio Dolmabahçe, en la parte europea de Estambul, mientras que un atentado en el este del país ha dejado ocho soldados muertos.

Según la cadena de noticias CNNTürk, nadie ha resultado herido en el incidente y los dos atacantes han sido detenidos cerca del Consulado de Alemania, situado a casi un kilómetro del palacio, en el que hay un museo y también algunas oficinas del primer ministro.

Los dos asaltantes lanzaron una granada de mano y dispararon contra la garita en la que hacían guardia los policías que protegían el edificio, que suele ser visitado por muchos turistas. El Palacio Dolmabahçe sustituyó al Palacio Topkapi como residencia de los sultanes desde 1856 hasta 1924, año en que se abolió el califato. Se trata del edificio más grande de Turquía.

Hasta ahora ningún grupo armado ha reivindicado esta acción.

Ocho soldados muertos en un atentado

Turquía vive una oleada de ataques desde que el alto el fuego que estuvo en pie desde hace más de dos años entre el Estado y el ilegal Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) quedara suspendido hace un mes. Desde entonces, han muerto más de 30 agentes de las diferentes fuerzas de seguridad turcas y decenas han resultado heridos. Los guerrilleros también han tenido que lamentar cientos de bajas en bombardeos del ejército.

Este mismo miércoles ocho soldados turcos han muerto en un atentado atribuido al PKK en el este de Turquía cuando una bomba ha explotado al paso de su vehículo en una carretera de la región de Sirvan, en la provincia suroriental de Siirt. Numerosas ambulancias de localidades cercanas se han dirigido al lugar del atentado, que también causó un número indeterminado de soldados heridos.

El Ejército ha lanzado una operación para dar con los responsables del ataque.

Ankara está inmersa en una "doble ofensiva antiterrorista" contra el yihadista Estado Islámico (EI) en Siria y contra los guerrilleros kurdos del PKK en el sureste de Turquía y el norte de Irak, como consecuencia de una oleada de atentados en la segunda mitad de julio. Sin embargo, hasta ahora los ataques aéreos turcos se han centrado en la guerrilla kurda, que ha lanzado numerosos atentados contra las fuerzas de seguridad.

Elecciones anticipadas

A esta oleada de violencia se suma la inestabilidad política. El resultado de las elecciones del 7 de junio arrojó un Parlamento fragmentado y el hasta ahora partido gobernante, AKP, no ha sido capaz de formar gobierno. El próximo 23 de agosto vence el plazo estipulado por la Constitución para formar ese nuevo Ejecutivo y el presidente Recep Tayyip Erdogan ha manifestado este viernes que el país se encamina rápidamente hacia unas elecciones anticipadas.

"Nos movemos rápidamente hacia un elección", ha dicho Erdogan en un discurso televisado, al tiempo que ha dejado claro que no piensa entregarle el encargo de formar gobierno al jefe del segundo partido más votado en las últimas elecciones, el socialdemócrata CHP, como marca la tradición.

Fuentes cercanas a la presidencia han indicado a los medios de comunicación turcos que Erdogan hablará esta misma tarde con el presidente del Parlamento, Ismet Yilmatz, para formar un gobierno de concentración, con los cuatro partidos de la Cámara, de cara a los comicios adelantados, que se podría celebrar a finales de noviembre. La prensa turca especula desde hace días que Erdogan y el AKP en realidad quieren convocar elecciones anticipadas para lograr hacerse nuevamente con la mayoría absoluta.

Con esa mayoría, Erdogan podría reformar la Constitución turca y crear un sistema presidencialista que le permita ejercer poderes ejecutivos como jefe de Estado, según la prensa.