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Miles de refugiados esperan hacinados en Macedonia un tren que les lleve al norte de Europa

  • La mayoría son familias sirias, con niños, que huyen de la guerra
  • Los trenes con destino a Serbia están abarrotados y los refugiados duermen en la calle
  • Serbia es un paso intermedio para llegar a Alemania, el país con más solicitudes de asilo

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Miles de refugiados esperan un tren hacia el norte de Europa en la frontera entre Grecia y Macedonia

Cientos de refugiados exhaustos, la mayoría procedentes de Siria, llegan cada día a la frontera de Grecia con Macedonia a la espera de una autorización que les permite viajar al norte de Europa. La travesía continuará a través de Serbia, Hungría y Austria hasta Alemania, donde la mayoría de los refugiados sirios solicitan asilo.

La mayoría son familias sirias, que huyen de la guerra, pero también hay iraquíes, pakistaníes o afganos. Cerca de 160.000 personas han pasado por Grecia durante 2015 en este exilio forzoso. En julio, 50.000 personas llegaron a las islas del mar Egeo, más de todas las que lo hicieron en 2014. Sólo en la última semana desembarcaron 21.000 migrantes en las costas griegas. Desde las islas helenas viajan a Atenas. Allí toman autobuses hasta la estación de tren de Idomeni, a 80 kilómetros al noroeste de Tesalónika. Y desde allí saltan a Macedonia, a Gevgelija, donde luchan por hacerse un hueco en uno de los vagones rumbo a la frontera serbia.

Niños y bebés duermen cada día junto a las vías del tren y en los andenes en esta pequeña ciudad de Macedonia. No tienen comida ni bebida. Este miércoles las escenas caóticas se han vuelto a repetir porque los trenes con destino Belgrado llegan abarrotados.

"No tenemos miedo a nada. Escapamos de morir. En cualquier lugar estamos muriendo, muriendo. Si nada ocurre, no es un problema. Escapamos de la muerte", afirma Obab, un joven sirio de 20 años.

"En Siria no hay futuro, ¿qué puedo hacer?"

Las temperaturas de 35 grados durante la mañana descienden con brusquedad por la noche. Para calentarse, los refugiados encienden hogueras con lo que tienen a mano: ramas, ropas, plásticos y basura.

Osman Biyram es de Kobani, la ciudad kurda asediada por el Estado Islámico. Lleva días caminando hacia Macedonia donde espera conseguir un permiso de tránsito de 72 horas. "Sé que hay un muro (entre Serbia y Hungría) pero ¿qué puedo hacer?", se pregunta. "En Siria no hay futuro. Está el Estado Islámico y otros grupos terroristas luchando contra nosotros y quieren matarnos", lamenta.

A Hungría han llegado por esta ruta 35.000 migrantes y demandantes de asilo solo en el mes de julio. Este país se ha convertido en uno de los más expuestos de la línea de frente, con Grecia e Italia, según ha subrayado la propia Comisión Europea, que prepara un ayuda de urgencia al país de Europa del Este mientras de miles de sirios siguen preguntándose por qué Europa no los quiere acoger.