Tailandia cree que el atentado en Bangkok fue obra de un grupo y publica el retrato robot de un sospechoso
- El tribunal que lleva el caso se refiere al primer sospechoso como "extranjero"
- Las cámaras grabaron a este joven dejando una mochila en el lugar
- Según la policía "ha sido escuchado hablando una lengua extranjera que no es inglés"
- El popular santuario de Erawan ha reabierto sus puertas
Las autoridades de Tailandia consideran que el atentado de Bangkok en el murieron 20 personas es obra de un grupo, sin más precisiones, y ha publicado el retrato del principal sospechoso al tiempo que se ha reabierto al público el santuario donde explotó la bomba el lunes.
"No sospechamos de una persona, sospechamos de varias. Creemos que hay tailandeses implicados, pero no estamos diciendo que sean solo tailandeses", ha declarado Somyot Pumpanmuang, el jefe de la Policía de Tailandia. Otro responsable policial había indicado que este tipo de crímenes suelen ser obra de "un grupo" y que está buscando cómplices del principal sospechoso.
Las cámaras de seguridad ubicadas alrededor del altar hunduísta donde explotó el artefacto captaron a un joven que entró al recinto con una mochila que abandonó de manera intencionada minutos antes de su estallido. Además, fuentes policiales han dicho que otras dos personas que aparecen en las cintas también pueden estar implicadas.
La policía ha publicado el retrato robot del primer sospechoso de rasgos indeterminados asiático-europeos, pelo negro rizado y gafas, según la descripción de la versión en inglés del diario Khaosod. Además, este miércoles, un portavoz del cuerpo de seguridad ha declarado que el sujeto "ha sido escuchado hablando una lengua extranjera que no es inglés", según traslada AFP.
Las autoridades han ofrecido una recompensa de un millón de baht (unos 28.100 dólares o 25.400 euros) por cualquier información que lleve a su arresto. Además, un tribunal ha emitido una orden de arresto por "asesinato con premeditación" contra esta persona sin identificar a la que en ese trámite se califica como "extranjera", aunque otros responsables han dicho que puede tratarse de un individuo con doble nacionalidad, según fuentes oficiales citadas por agencias internacionales.
La bomba de fabricación casera, cargada con entre 3 y 5 kilos de dinamita y metralla, según las primeras investigaciones policiales, pretendía causar el mayor número de víctimas posibles, conforme a la versión oficial.
Unos 60 heridos siguen ingresados
Las víctimas mortales son: seis tailandeses, cuatro malasios, tres chinos, dos ciudadanos de Hong Kong, un indonesio, un singapurés y una británica, además de dos cadáveres sin identificar. Además, 123 personas resultaron heridas y aproximadamente la mitad permanecen hospitalizadas, algunas en estado crítico, según Efe.
Por otra parte, el portavoz del Gobierno, Werachon Sukhontapatipak, ha confirmado la existencia de un patrón similar entre esta explosión y la ocurrida el martes junto al popular puente Taksin sobre el río Chaopraya, que atraviesa la ciudad, ya que en ambos casos se ha usado dinamita. Sin embargo, Sukhontapatipak ha recordado que aún no se ha establecido ningún vínculo entre ambas acciones.
Hasta el momento, nadie ha reivindicado la autoría de estos ataques.
Gobierno, policía y la prensa local apuntan a varias hipótesis sobre la autoría y los motivos del ataque, incluida una posible represalia por la reciente deportación a China de 109 uigures que buscaban asilo político. La insurgencia musulmana del sur del país y los camisas rojas, seguidores del gobierno depuesto por el golpe de Estado que el año pasado llevó a los militares en el poder, también están entre las teorías que se contemplan.
Reabre el santuario de Erawan
Mientras, el lugar del atentado vuelve a la normalidad. Centenares de fieles han acudido a primera hora del día al santuario de Erawan. Los devotos han colocado barras de incienso y ofrendas florales en el recinto religioso dedicado a la representación tailandesa del dios hindú Brahma, afamado entre los locales por atraer la buena fortuna.
Los vendedores locales, habituales antes del trágico suceso, también han regresado a su cita en los alrededores del mausoleo cerca del cual puede verse un improvisado altar plagado de decenas de rosas rojas y carteles de recuerdo.
En un comunicado, Human Rights Watch (HRW) ha instado a las autoridades de Tailandia a realizar una investigación "imparcial y transparente" sobre este ataque que ocurrió en un momento político sensible, con el parlamento elegido a dedo por los militares a punto de votar una nueva Constitución, cuyo borrador ha recibido críticas por antidemocrático y favorecer la posición de poder del Ejército.