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Artur Mas, el viaje del nacionalismo a la independencia del 'perseverante' Ulises catalán

  • Es número cuatro de Junts pel Sí, pero es el candidato a presidir el Govern
  • Mas, que fue conseller con Pujol, es presidente de la Generalitat desde 2010
  • La justicia le investiga por la celebración del 9N por presunta desobediencia

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Artur Mas, en su comparecencia tras firmar el decreto de convocatoria del 27S
Artur Mas, en su comparecencia tras firmar el decreto de convocatoria del 27S

"La idea de la independencia no es una tarea para impacientes, sino para perseverantes". La frase es de Artur Mas, presidente de la Generalitat desde 2010 y candidato a la reelección aunque va de número cuatro por Junts pel Sí, la lista soberanista consensuada por Convergència (CDC) y ERC para concurrir a las elecciones catalanas del 27 de septiembre junto a entidades civiles y que encabeza como independiente el exmilitante de ICV Raül Romeva. Un número uno que ha abierto la polémica por cuestionar que Mas tenga que ser el presidente, aunque luego se ha retractado.

Mas pronunció estas palabras sobre la persevarancia, recogidas en el libro La máscara del rey Arturo, de Pilar Rahola, cuando aún no había conseguido gobernar Cataluña a pesar de haber ganado las elecciones autonómicas en 2003 y 2006 -en las dos ocasiones CiU fue la fuerza con más escaños pero el tripartito del PSC, ERC e ICV-EUiA se hizo con el Govern- y cuando este Ulises catalán estaba todavía en las primeras etapas de su viaje desde el nacionalismo hacia la Ítaca de la independencia.

Artur Mas nació en Barcelona hace 59 años en el seno de una familia de la burguesía industrial. Estudió en el Liceo francés y en Aula, la conocida como Eton catalana, y se licenció en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Barcelona.

Se afilió a Convergència en 1982, fue concejal de CiU en el Ayuntamiento de Barcelona (1987-1995) y conseller en los gobiernos de Jordi Pujol (1995-2003). En la Generalitat ocupó la cartera de Obras Públicas y también la de Economía y Finanzas. En 2001 Pujol le nombró 'conseller en cap', una especie de 'primer ministro' catalán, señalándole como su sucesor. Desde un año antes ya era el portavoz del Govern.

Dentro del partido, Mas ha sido secretario general de CDC desde 2000 a 2012, cuando asumió la presidencia del partido y presidente de la federación CiU desde 2004 hasta su disolución el pasado mes de junio por desencuentros entre Convergència y Unió por el proceso soberanista.

La travesía por el desierto de la oposición

En 2003 Artur Mas comenzó su periplo por el desierto de la oposición, primero con Pascual Maragall como presidente de la Generalitat y, tres años después, con el también socialista José Montilla a pesar de que el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con el que el convergente negoció el Estatut en 2006 a espaldas del PSC, le prometió que respetarían que gobernase la lista más votada.

Hasta 2010 Mas no consiguió una mayoría lo suficientemente holgada (62 diputados, a seis de la absoluta) para convertirse en el jefe del Ejecutivo catalán y evitar un nuevo tripartito.

Es entonces cuando el viaje de Artur Mas hacia la independencia comienza a acelerarse. A media legislatura, adelanta las elecciones por primera vez después de que tras la multitudinaria Diada de 2012 el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, rechazara dotar a Cataluña de un pacto fiscal como el vasco.

De la consulta a las elecciones plebiscitarias

Mas disolvió el Parlament y prometió la celebración de un referéndum y convertir a Cataluña en un Estado propio dentro de la UE en 2020. CiU volvió a ganar pero logró 50 escaños, 12 menos que dos años antes. El partido que capitalizó el voto independentista fue ERC, con quien el presidente catalán alcanzó un pacto en el Parlament.

En esta segunda legislatura, el proyecto soberanista alcanza la velocidad de crucero con la convocatoria de la consulta del 9N, que acabó en un "proceso participativo" simbólico por el que Artur Mas está siendo investigado por la justicia por un presunto delito de desobediencia después de que el Tribunal Constitucional suspendiera su celebración.

Ahora, Mas adelanta por segunda vez las elecciones, que plantea como un plebiscito con una hoja de ruta para declarar la independencia en un plazo máximo de ocho meses. El pasado 3 de agosto, cuando firmó el decreto de convocatoria de las elecciones señaló que lo hacía como "medida excepcional", como "último recurso".

En medio de la travesía queda el pecio de CiU, que ha naufragado en los riscos del proyecto soberanista. Por primera vez en 37 años Convergència (CDC) y Unió (UDC) concurren por separado a las elecciones.

Junts pel Sí o la "desconexión con España"

El pacto que alcanzaron Artur Mas y el líder de ERC, Oriol Junqueras, número cinco de la lista de Junts pel Sí, incluye una hoja de ruta para declarar la independencia en un plazo de entre seis u ocho meses si ganan las elecciones y consiguen gobernar.

El plan incluye una declaración solemne en el Parlament nada más arrancar la legislatura para dar inicio al proceso de independencia y la aprobación de una ley de transitoriedad jurídica para ir sustituyendo las leyes españolas por otras catalanas y culminar así la "desconexión con España".

El presidente catalán ha fijado en 68 escaños, los que dan la mayoría absoluta, la victoria de los independentistas, incluyendo también a la CUP, que sin embargo, cree que es necesario una mayoría de votos.