Cientos de refugiados rompen el cordón de seguridad y entran en Macedonia
- Parte de los casi 3.000 indocumentados pudieron subir a dos trenes
- Proceden de Siria, pero también de Pakistán, Bangladesh o Somalia
- Macedonia decretó el jueves el estado de emergencia
Cientos de refugiados que esperaban en las inmediaciones de la estación de tren de Gevgelija (Macedonia) han roto este sábado el cordón de seguridad y han conseguido atravesar la frontera. Los refugiados, que se encontraban desde hace días a la espera de coger un tren para llegar hasta Serbia, lograron sobrepasar la barrera custodiada por los agentes, que lanzaron granadas aturdidoras en un intento de disuadirlos.
Ante la presión que ha desencadenado los casi 3.000 indocumentados que esperaban en Gevgelija, el Gobierno ha puesto en funcionamiento cinco trenes diarios, con capacidad de hasta 700 personas, con el único cometido de trasladarles hasta la frontera con Serbia.
En la estación de Gevgelija los refugiados han establecido un campamento improvisado con varias tiendas de campaña y la ropa tendida alrededor, aunque los hay que tienen que dormir a la intemperie. Aquí los productos de primer necesidad como el agua o el café alcanzan precios desorbitados, según ha podido comprobar Efe.
Tensión en la frontera
La línea fronteriza está protegida por la policía y unidades del ejército, que se desplegaron después de que el Ejecutivo macedonio decretase el estado de emergencia el jueves pasado ante la ola de indocumentados que trata de entrar en el país.
Las autoridades macedonias permitieron el viernes el paso a cientos de inmigrantes y solicitantes de asilo horas después de que las fuerzas de seguridad dispersaran a la multitud con gases lacrimógenos, lo que provocó una decena de heridos.
El ejército se ocupa de patrullar los bosques que rodean el paso fronterizo, pues se han convertido en la ruta más atractiva para los llegados, después de que las autoridades hayan reforzado los controles de entrada.
Los que esperan son ciudadanos procedentes en su mayoría de Siria, pero también de Pakistán, Bangladesh o Somalia.
Casi todos quieren llegar hasta Alemania, aunque Suecia está también entre sus opciones.
Es el caso de Salima, quien espera poder subirse a un tren, junto a sus tres hijos, de uno, cinco y once años, que no se separan de ella ni un instante.
"No quiero quedarme aquí, quiero llegar a Alemania. Mi cuñado está instalado allí y ahora queremos ir todos, mi hermana y yo con mi familia", explicó a Efe esta refugiada llegada desde Kobani.