'Murderville', un thriller que mezcla el terror y las relaciones personales
- La nueva obra de Vicente Cifuentes homenajea a los clásicos del terror
- Narra la historia de una pareja atrapada en un extraño pueblo
Vicente Cifuentes es uno de los dibujantes españoles más internacionales y de los pocos que triunfa tanto en Francia como en Estados Unidos (Ahora mismo trabaja en la colección de Batman/Superman). Pero en cuanto puede saca tiempo para proyectos más personales como Señales (aleta ediciones) o el que ahora nos ocupa: Murderville (aleta ediciones).
Un cómic terrorífico que nos cuenta la historia de Sara y Víctor, una pareja en crisis que decide hacer un viaje que les llevará a Murderville, un pueblo sobre el que pesa una maldición.
“Es una historia de relaciones interpersonales –asegura Vicente- de momentos vitales y de segundas oportunidades. Todo ello narrado desde el punto de vista de un thriller de terror clásico. Cuento como Víctor, una persona absorbida por su trabajo, vive una experiencia en la que su cuerpo le da una advertencia para que cambie la manera de actuar y de tomarse las cosas en su vida; y de como repercute todo ello en su vida de pareja. Para reavivar el fuego de su relación deciden desconectar, yéndose de viaje, y casi sin darse cuenta se adentrarán tras las calles de Murderville, un pueblo en el que ocurren cosas extrañas”.
“Nunca me planteé Murdeville como un proyecto pretencioso o que revolucionaría el genero del thriller –nos comenta-. Me apetecía mucho hacer un ”guiño” a todas esas películas con las que crecí. Por eso he usado muchos arquetipos o situaciones que suelen darse en este tipo de películas, pero siempre sin olvidar a los personajes y procurando que estas cosas ocurran de la manera mas “natural” posible, y qué mejor entorno que un pueblo olvidado en el que se puede crear todo lo que necesitase para ello”.
Los protagonistas
Vicente nos habla un poco más sobre la pareja protagonista: “Están en crisis. Víctor apenas tiene tiempo de ocuparse de Sara y en un momento dado decidió volcarse en su trabajo (para no tener que pensar) y buscar cosas que él cree que son más constructivas; sin darse cuenta de que ella se está quedando en otro plano y apenas la atiende. Y esa situación está llegando a un punto insostenible”.
El que Víctor esté en tratamiento y tome pastillas (que pueden producirle alucinaciones) permite al autor jugar con la realidad y la fantasía. “En otras historias como Señales –asegura Víctor- si que he usado ese juego entre realidades de manera más directa, sin ningún elemento extra. Pero en Murderville me pareció muy interesante que las pastillas fueran casi como otro “protagonista” más de la historia, ya que son un medio para hacer que el lector esté, en todo momento, con la sensación de incertidumbre y la duda de si lo que se presenta frente a Víctor puede ser real o no. Y que tenga que seguir leyendo el resto del álbum”.
El tercer protagonista de la historia es un misterioso encapuchado que puede recordarnos a personajes como El Fantasma de la Ópera. “Este personaje –nos comenta el dibujante- viene a ser un cúmulo de arquetipos de las historias de terror. Siempre me ha parecido inquietante que un personaje use mascara y oculte su rostro en parte o totalmente”.
“La máxima influencia para su diseño vino por que me encantan los carnavales venecianos -asegura-. Juntando eso con la dureza de algunos de los cascos que usaban los gladiadores romanos y diseños que podrían ser manga (adornando los ojos y los pómulos), llegamos a esa máscara que usa. Por supuesto que también quería homenajear al Fantasma de la Ópera, y por eso puse a uno de los niños del principio disfrazado de él”.
Un gran dibujante
Vicente Cifuentes es uno de esos grandes autores que puede adaptar su estilo a cada proyecto, lo que le ha hecho triunfar en mercados tan distintos como el americano y el europeo. “En cada historia me gusta ponerme a prueba de alguna manera –confiesa-, que me haga crecer como autor, mi reto en Murderville sobretodo era visual. Yo siempre digo que cuando hago el storyboard de las páginas me siento como un director de cine, y busco usar las viñetas que a mi me gustaría ver en una película de cine”.
“Intento usar cámaras subjetivas para meter al lector dentro de la historia, como ya hacían los clásicos en el cine, y busco que unas viñetas te lleven a otras de manera natural para hacer que la lectura de la página sea lo mas fluida posible. Para mi el ritmo de una historia es muy importante, y me gusta jugar con él. En Murderville he buscado que los tiempos fueran parecidos a los de un film; que empezara con un golpe que hiciera de gancho; después bajarlo mientras se van presentando los personajes y las situaciones; para acabar acelerando de manera que el lector no pueda dejar de leer hasta el final”.
En esta ocasión, Vicente también se ocupa del color. “En este proyecto el color tiene mucha importancia –confiesa Vicente-. Creo que todo el proceso creativo lo debe de tener, porque tiene que haber una coherencia entre la historia y estética usada. En Murderville buscaba usar un color muy atmosférico, que se supiera que la historia puede ser oscura al primer impacto visual y que la gama de color acompañara cada momento dependiendo de lo que se esté narrando”.
Otra de las cosas que más no llama la atención del cómic es su portada. “Tenía clara la portada desde que empecé a dibujar la primera página –asegura-. Quería que los elementos que se vieran en ella fueran los protagonistas y el “malo de la película”. Pero también tenía un temor: si podía funcionar una portada así, tan clásica en los tiempos de hoy, ya que no es muy agresiva. Pero jugaba con el factor de la intriga; que a quien la viera, pudiera picarle la curiosidad sobre la historia que puede narrarse dentro y abriese al menos el cómic”.
Un cómic financiado mediante crowdfunding
Para financiar este proyecto tan personal, Vicente ha optado por el crowdfunding. Necesitaba 6.500 euros y consiguió el doble. “Con Murderville –asegura- me ha pasado algo inesperado en todos los aspectos, porque realmente nunca tuve claro que era lo que quería hacer con este proyecto, por un lado lo quería mostrar a editoriales francesas (ya que la narrativa y composición de páginas viene a ser mucho mas adecuada al mercado franco-belga que al comic-book americano) y por otro, mis amigos me decían que lo sacara en alguna editorial española”.
“Lo único que tenía claro –continúa- es que quería hacerlo tranquilamente y que se respetara mucho mi idea y la historia que me apetecía contar. Lo mostré a varios colegas de profesión y amigos y la mayoría coincidían en que lo lanzara vía crowdfounding”.
“En un principio pensé que sería muy complicado y estaba muy temeroso, pero me armé de fe y empecé a hacer cuentas, y a preguntar para que me asesoraran lo máximo posible otros colegas que habían lanzado sus proyectos por este medio. Otros me ayudaron a difundirlo lo máximo posible y así empezó lo que fueron 40 días de muchos nervios al principio y después una sensación indescriptible”.
“Cuando lanzas un proyecto personal por esta vía –asegura Vicente-, lo haces con la ilusión de que pueda llegar a la meta, pero ver que llegamos al objetivo en sólo 8 días y que al final conseguimos el doble… no daba crédito. Y mi sensación no era más que de agradecimiento y de responsabilidad para todos los que habían apostado por el proyecto. En serio que a día de hoy aun sigo sin palabras por toda la energía que he recibido de la gente”.
Tras este álbum Vicente seguirá con sus compromisos internacionales: “Para DC estoy entintando y dibujando algunas de las páginas de la serie Batman-Superman. Y para Glénat Francia estoy terminando de dibujar el primero de dos álbumes acerca de La guerra de los mundos. Siempre probando y cambiando de registro con cada proyecto”.