Donald Trump echa a un periodista hispano de una rueda de prensa
- El periodista, un presentador estrella de Univisión, inquirió sobre política migratoria
- Los periodistas hispanos de Estados Unidos condenan la expulsión de su colega
- El precandidato de 69 años mantiene una campaña mediática y personalista salpicada de polémica
El magnate neoyorquino y aspirante a la nominación republicana para la Casa Blanca, Donald Trump, se enzarzó este martes en una rueda de prensa en Iowa (EE.UU.) con un periodista del canal hispano Univisión, Jorge Ramos, a quien un miembro de seguridad echó de la sala.
El periodista, popular presentador de la cadena, inquirió a Trump al comienzo de la rueda de prensa sobre sus polémicas propuestas migratorias, entre ellas la construcción de un muro en la frontera con México y la expulsión de 11 millones de indocumentados, ante lo que éste y Trump iniciaron una discusión.
Trump le retiró entonces la palabra y pasó el turno de preguntas a otros periodistas, pero ante la insistencia de Ramos, que siguió de pie y no dejó de preguntar al precandidato, un miembro de seguridad le escoltó fuera de la sala.
Preguntas incómodas
"Por favor, siéntese, no se le dio la palabra. Siéntese. Regrese a Univisión", se dirigió Trump al periodista visiblemente molesto. Tras la expulsión, asistentes del magnate permitieron a Ramos volver a la sala al cabo de unos minutos, quien volvió a preguntar a Trump sobre varias cuestiones migratorias, lo que se convirtió en un hostil intercambio de reproches entre el precandidato y el periodista.
"No puede deportar a 11 millones de personas", repitió con insistencia Ramos, para preguntarle después sobre su baja popularidad entre la comunidad hispana. "Yo tengo el corazón más grande que usted. ¿Sabe cuántos latinos trabajan para mí? Miles. Los latinos quieren empleos. En Nevada las encuestas me dan ganador entre los hispanos", respondió Trump.
El encontronazo entre Ramos y Trump tuvo lugar en la rueda de prensa previa al discurso del magnate en Dubuque (Iowa), el primer estado de EE.UU. que celebrará un caucus en 2016 para elegir al candidato del Partido Republicano.
Los periodistas condenan la expulsión
La Asociación Nacional de Periodistas Hispanos de Estados Unidos condenó el mismo día la expulsión de su colega. En un comunicado, la organización hispana criticó que Trump "permitiese" que el periodista mexicano de Univisión Jorge Ramos fuese expulsado de la sala donde este daba una rueda de prensa en Iowa (EE.UU.) "sencillamente por hacer preguntas".
"El señor Ramos estaba haciendo lo que los periodistas han hecho durante décadas: ¡hacer preguntas!", ha indicado el presidente de la asociación, Mekahlo Medina, para añadir después que el reportero "simplemente estaba rindiendo cuentas con un candidato a presidente por sus declaraciones sobre un asunto muy importante".
Tras este episodio, el presidente de la división de Noticias y Digital de Univisión, Isaac Lee, ha expresado que le "encantaría" que Trump "se sentara con Jorge Ramos en una entrevista para hablar de los detalles de sus propuestas", y ha asegurado que "Ramos ha solicitado previamente entrevistas con Donald Trump".
El propio Ramos, en declaraciones a su cadena, Univisión, después de lo ocurrido, ha lamentado que "en ninguna parte del mundo" le habían sacado de una conferencia de prensa o de una entrevista "por la fuerza. Esta es la primera vez", ha dicho, añadiendo que "mi trabajo era y es hacer preguntas. Me preocupa muchísimo este uso de la fuerza para suprimir la libertad de expresión".
Recientemente, Roger Stone, el asesor principal del magnate, abandonó la campaña por la presidencia de Trump tras la polémica desatada por unos comentarios ofensivos del candidato contra una presentadora de Fox.
El pasado 30 de junio, el magnate inmobiliario presentó una demanda por 433 millones de euros contra Univisión por romper "abruptamente" un contrato con la Organización Miss Universo, de la que es dueño Trump, y negarse a transmitir el concurso de Miss USA, a raíz de las declaraciones del precandidato sobre los inmigrantes.
Una vida de excesos
La polémica candidatura a la Casa Blanca del magnate de 69 años supone el corolario a la biografía de este magnate inmobiliario, encarnación simultánea del sueño y la pesadilla estadounidenses en una vida llena de ascensos y caídas, trufada de divorcios, libros, vodka y hasta un reality show en televisión.
"Nunca se puede ser demasiado avaricioso" es su eslogan y él mismo se ha encargado de definir el día de su adhesión a la carrera presidencial "un gran día para Estados Unidos", con el hashtag #MakeAmericaGreatAgain (devuelve la grandeza a Estados Unidos).
Como en la película "Ciudadano Kane", inspirada, a su vez, en el magnate William Randolph Hearst, Donald Trump nació en una familia de clase media el 14 de junio de 1946 en Queens, en Nueva York, para luego convertirse en un megalómano gurú cuyo fan número 1 es él mismo. Se licenció en 1968 en Economía Financiera por la Universidad de Pensilvania, comenzó como obrero en la empresa de su padre del que heredó a los 28 años el negocio y le dio un giro para acabar con el dominio sobre el negocio inmobiliario.
En 1982, además de haber construido la torre con su nombre en Manhattan, ya era dueño de tres casinos en Atlantic City y había abierto su propia aerolínea (Trump Shuttle). Y hoy Forbes cifra su fortuna en 4.100 millones de dólares.
"Es tangible, es sólida, es hermosa. Es artística, desde mi punto de vista. Simplemente amo el negocio inmobiliario", escribiría, al resumir sus bases filosóficas y estéticas. De ahí salen también las sombras de su imperio: impúdico en su neoliberalismo, su intolerancia, su ostentación y su extravagancia, su éxito lo convenció no solo de que todo es posible, sino de que cada uno labra su propia suerte, por lo que su trayectoria destila pocas concesiones a los débiles.