El Estado Islámico ataca el templo de Bel, en la ciudad arqueológica de Palmira
- Es el segundo templo contra el que atenta el EI en la ciudad en un mismo mes
- El grupo yihadista controla la ciudad siria, conocida por su valor arqueológico
El autodenominado Estado Islámico ha atacado con explosivos el templo de Bel de Palmira, una de las mayores joyas arqueológicas de esta ciudad siria Patrimonio de la Humanidad contra la que los yihadistas ya han atentado en las últimas semanas. Los daños de este último ataque no están claros.
Los militantes del EI han realizado al menos una voladura en este edificio dedicado a la deidad suprema babilonia y cuyo techo, ya desaparecido, estaba originalmente recubierto de oro.
"Hasta ahora no tenemos información detallada, datos o fotos de lo sucedido en Bel. Solo contamos con una visión preliminar y los testimonios de gente local de Palmira", ha dicho este lunes a Efe Mohamed Nazir Auad, director del Departamento sirio de Edificios Antiguos.
Mientras, en declaraciones a AFP, el jefe de Antigüedades del gobierno sirio, Maamoun Abdulkarim, ha explicado que la explosión tuvo lugar el domingo "en el patio" exterior del templo, pero que la parte central y la columnata frontal están "intactas".
Con todo, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos y otro testigo citado por AFP hablan de la destrucción "parcial" del templo.
Este es el segundo templo de Palmira que los extremistas islamistas atacan este agosto, tras hacerse con el control total de la ciudad arqueológica el pasado mayo. El EI destruyó el histórico templo de Baal en Palmira el pasado 23 de agosto, después de haber colocado gran cantidad de explosivos en el monumento de 2.000 años de antigüedad, situado a decenas de metros del teatro romano.
Palmira, cuyas ruinas grecorromanas están incluidas en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, es considerada una reliquia única del siglo I a. C y una pieza maestra de la arquitectura y del urbanismo romano por las columnas de su famosa calle principal y por sus templos, entre ellos el de Baal.
Esta localidad fue en los siglos I y II d.C. uno de los centros culturales más importantes del mundo antiguo y punto de encuentro de las caravanas en la Ruta de la Seda, que atravesaban el árido desierto del centro de Siria.
El grupo ha proclamado un califato en el territorio y ha demolido con regularidad varios monumentos en Siria e Irak, considerados sacrílegos.
Sus terroristas han cometido también asesinatos masivos. Este mes de agosto fue decapitado un arqueólogo de 82 años que había cuidado las ruinas de Palmira durante cuatro décadas.
"Estos actos son crímenes de guerra y sus autores deben rendir cuentas de sus actos. La Unesco está con el pueblo sirio en sus esfuerzos para salvaguardar su patrimonio, un patrimonio de toda la humanidad ", comentó el director general de la Unesco después de que el Estado Islámico destruyera el templo de Baal.