La NASA piensa hacer 'autostop' para aterrizar en cometas y asteroides
- La agencia espacial presenta un nuevo concepto para aterrizar en cometas
- Su técnica, con una correa y un arpón, es análoga a la pesca con carrete
- El original sistema sustituiría a los propulsores para entrar en órbita y aterrizar
La NASA ha desarrollado el 'autoestopista de cometas', un nuevo concepto para entrar en órbita y aterrizar en cometas y asteroides utilizando la energía cinética de estos pequeños cuerpos.
"Hacer autostop para subir a un cuerpo celeste no es tan simple como avisar con el pulgar, porque vuelan a una velocidad astronómica y no se detendrán para recoger al pasajero. En lugar de usar el pulgar, nuestra idea es usar un arpón y una correa de sujeción", ha explicado con esta didáctica analogía Masahiro Ono, investigador principal del Jet Propulsion Laboratory (JPL), que presentó su proyecto el 1 de septiembre en la Conferencia Espacial del Instituto Americano de Aeronáutica y Astronáutica.
Un sistema de sujeción reutilizable reemplazaría la necesidad de un propulsor para entrar en órbita y aterrizar, por lo que la llegada no sería un problema, de acuerdo con el concepto de diseño.
Acercándose a su objetivo, esta nave espacial dispararía primero una correa extensible hacia el asteroide o cometa y lo alcanzaría utilizando un arpón. A continuación, la nave soltaría correa mientras activa un frenado que recoge energía de la correa en tanto la nave acelera. Esta técnica es análoga a la pesca con carrete en la Tierra.
De asteroride en asteoride
Una vez que la nave espacial hace coincidir su velocidad con la del cometa o asteroide, está lista para aterrizar y descender suavemente. Cuando sea el momento de pasar a otro cometa o asteroide, la nave espacial usaría la energía obtenida recuperando rápidamente la correa, lo que aceleraría la nave lejos del cuerpo.
"Este tipo de autostop podría ser utilizado para múltiples objetivos en el cinturón de asteroides principal o el Cinturón de Kuiper, incluso de cinco a diez en una sola misión", apunta Ono.
En las misiones que utilizan propulsor convencional, las naves espaciales utilizan una gran cantidad de combustible sólo para acelerar lo suficiente como para entrar en órbita. "Aquí, la aceleración y desaceleración no requieren propulsor debido a que la nave espacial está cosechando la energía cinética del objetivo", dijo Ono.
¿Hay arpón y correa que lo resista?
Ono y sus colegas han estado estudiando si un arpón podía tolerar un impacto de esta magnitud, y si una correa de sujeción podría ser lo suficientemente fuerte como para soportar este tipo de maniobra. Para ello, han utilizado simulaciones de supercomputación y otros análisis para averiguar lo que se necesitaría.
Los investigadores han llegado a lo que llaman la ecuación Espacio-Hitchhike que relaciona la resistencia específica de la correa, la relación de masas entre la nave y la correa y el cambio en la velocidad necesaria para llevar a cabo la maniobra.
Para cualquier aterrizaje, reducir la velocidad suficiente para llegar con seguridad es fundamental. Este concepto de nave requiere una correa de sujeción hecha de un material que pueda resistir la enorme tensión y el calor generado por una disminución rápida de la velocidad para entrar en órbita y el aterrizaje.
Ono y sus colegas calcularon que un cambio de velocidad de aproximadamente 1,5 kilómetros por segundo es posible con algunos materiales que ya existen: Zylon y Kevlar. Velocidades de diez kilómetros por segundo serían también viables, pero con correas de nanotubos de carbono y un arpón de diamante.
Los investigadores también calcularon que la correa tendría que ser de alrededor de 100 a 1.000 kilómetros. También tendría que ser extensible, y capaz de absorber los tirones, evitando que se dañe o corte por pequeños meteoritos.