Descubren el 'interruptor' que hace latir el corazón
- Es una proteína, llamada Mel18, que regula el desarrollo del músculo cardíaco
- El hallazgo de investigadores de Barcelona ayudará a explicar malformaciones
Investigadores del Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona han descubierto una proteína, llamada Mel18, que regula el desarrollo del músculo cardíaco, el más trabajador del cuerpo humano y sin el cual es imposible vivir.
La investigación, que publica la revista Cell Stem Cell, pone de relieve que fallos en la producción de Mel18 en células cardíacas tempranas podría tener implicaciones en malformaciones del corazón y contribuye a facilitar el camino para cultivar células cardíacas en el laboratorio a partir de células madre pluripotentes, conocidas como células iPS.
Según el epigenetista del CRG, Luciano Di Croce, su equipo ha descubierto "un interruptor genético único que parece guiar las células madre para que se transformen en células especializadas de músculo cardíaco: es la proteína que hace latir", lo que podría contribuir a revelar las causas subyacentes de malformaciones cardíacas en enfermedades congénitas del corazón.
También podrían dar lugar a nuevos métodos para controlar células madre en el laboratorio que permitieran cultivar kits de reparación celular para pacientes con el corazón dañado.
Silencia unos genes para que las células se especialicen
En concreto, el equipo del CRG ha descubierto la proteína Mel18, responsable de regular una parte de la maquinaria celular que activa silenciadores temporales sobre el ADN en células en desarrollo.
"Esta proteína está normalmente activa en un grupo de células madre embrionarias del mesodermo, una capa del embrión que se transforma en todas las células musculares y glóbulos rojos del cuerpo", ha explicado el investigador.
Al actuar sobre un complejo proteínico conocido como PRC1, miembro de la familia Polycomb de complejos proteínicos que remodelan la estructura de los cromosomas, Mel18 tiene la capacidad de silenciar ciertos genes, y ello parece desencadenar que las células en desarrollo tomen unas vías específicas que les permiten diferenciarse en células especializadas de músculo cardíaco.
Además, los investigadores han descubierto también que Mel18 desarrolla otra función inesperada que consiste en activar ciertos genes a medida que las células cardíacas comienzan a desarrollarse en el mesodermo, con lo que esta doble funcionalidad parece resultar en el desarrollo de tejido cardíaco sano.