Lorie Anderson lleva su poesía al cine inspirada por la fuerza de Lou Reed
- La artista presenta en Venecia su película Heart of a Dog
- Una película personal con "el espíritu del músico" fallecido en 2013
Laurie Anderson es conocida principalmente por su música, pero es una artista con múltiples facetas, que ahora ha volcado en un proyecto muy personal, Heart of a Dog, una película bien recibida en Venecia, donde compite por el León de Oro y que está "inspirada" por la fuerza de Lou Reed.
"El espíritu de Lou -fallecido en octubre de 2013- está muy presente en esta película, quería hacer algo que tuviera algo de su ecuanimidad", ah explicado Anderson en rueda de prensa.
El cantante aparece en algunas imágenes del filme como él mismo e interpretando a un médico, además de escucharse algunas estrofas de su música. "Lou está en la película en muchas formas", agregó la artista.
Una película hecha de recuerdos de infancia, de imágenes de su perro, Lolabelle, de naturaleza, de filosofía -con citas de Kierkegard y Wittgenstein, de música, de historia y de actualidad. "Es tu historia y la mía, la de todo el mundo", le dijo Anderson a un periodista. Un poético recorrido por la vida, la muerte y los sueños, que salta de la vida de su perro al patinaje de su infancia, incidentes personales o lo que supusieron los atentados del 11 de septiembre para su país y para ella misma.
Un desafío para una artista que debuta así como realizadora de películas, aunque en realidad lo que Anderson ha hecho es una gran "performance" visual que fusiona gran parte de su trabajo hasta ahora en música, arte e historias.
Quería mostrar "el mundo de la vida después de la muerte", para lo que utilizó el drama del 11 de septiembre o el síndrome de la muerte súbita del lactante, todo ello pasado por el prisma de los sueños.
"La película es realmente sobre historias y sobre cómo contamos esas historias", algo en lo que trabajó desde el principio pero que pudo estructurar gracias a las antiguas películas de su infancia que uno de sus hermanos le pidió que digitalizara. En palabras del productor del filme, Dan Janvey, "el punto de inflexión del filme (fue) cuando abrimos esas cajas de viejas películas y vimos que sus imágenes funcionaban muy bien con la historia".
Un filme con una estructura de canción
Un trabajo de dos años y medio en el que Anderson ha volcado muchas de sus obsesiones personales. Como la dificultad que tiene como artista visual para expresarse a través de las palabras o la búsqueda de la felicidad. "Intenté aprender sobre mí misma" y sobre la evolución del mundo contemporáneo.
"Se ha producido mucho caos en el mundo en los últimos quince años" y eso es algo que Anderson ha querido reflejar en el filme. Y para ellos cambia continuamente el punto de vista de la historia, a través de los ojos del perro, de las cámaras que vigilan a los ciudadanos o de ella misma.
"He intentado cambiar el proceso de ver el filme (...), pedir que lo vean desde muchos puntos de vista diferentes. Es un gran desafío para los espectadores. Es casi como una obra de radio, tienes que usar tu imaginación para visualizar los personajes que solo son descritos y que nunca aparecen", explicó.
Un filme con una estructura de canción -"yo soy músico", recordó la artista muy sonriente- y al que ha intentado darle una estructura rítmica como la que usa para sus "performances".
Y en la que está la admiración de Anderson por las filosofías orientales, por el tai-chi -"heredé la colección de armas de Lou e intentado ponerme fuerte para usarlas porque son muy pesadas", y por su forma de hacer la transición entre la vida y la muerte.
"En Estados Unidos es una situación muy controlada sobre la que la gente no habla mucho. La idea es pasar la experiencia sin mucho dolor pero también sin mucha consciencia", algo que "horroriza" a Anderson, por lo que era una tema que quería tratar en la película.
Un filme dedicado al "magnífico espíritu" de su marido y que se cierra con la canción de Reed "Turning Time Around".