Oscar de la Renta, suspiros de España
- Peter Copping decora sus vestidos con volantes, encajes y claveles
- Rodarte se lleva la ovación con su acertada revisión de los setenta
- Narciso Rodríguez y Vera Wang dibujan el estilo de la mujer urbana
La casa Oscar de la Renta, en manos ahora de Peter Copping, recrea la estética y los códigos de la costura clásica más sofisticada y lo hace con un claro acento español, aunque en el desfile sonara la voz de Caetano Veloso.
Para la primavera de 2016 Copping idea una colección de gustos barrocos, con vestidos de encaje negro o tul que se bordan o decoran con flores, a veces claveles reventones. Rojo y negro marcan la propuesta en la que vemos tímidos verdes, malvas o rosas.
Contrastan los vestidos más sencillos, de estilo lencero, y las camisetas con patchwork de encajes que quieren gustar a chicas jóvenes de gustos tradicionales. Es sin duda una colección intemporal, alejada de las tendencias, para contentar a las seguidoras de la casa.
También vemos encajes, tules y volantes en la colección de Rodarte pero en otro estilo mucho más actual. Su directora creativa, Laura Mulleavy, viaja también a los años setenta y reinterpreta los códigos de esa época con gusto y pasión.
Como en aquellos años, su moda es un canto elegante y moderno a la feminidad y hace guiños a los años 20 y 30, con prendas que proyectan una silueta vertical y otras que rescatan detalles del romanticismo decimonónico.
Destacan las prendas en tejidos brillantes, las falsas superposiciones, los patrones asimétricos y las cascadas de flores y hojas. Todo confiere cierto movimiento a las prendas, que resultan perfectas para chicas con alma de estrella, del folk o el rock.
Narciso Rodríguez mantiene su discurso minimalista, tanto en el diseño como el uso del color. Sus prendas tienen un trazo arquitectónico, urbano, pero los tejidos, envolventes y agradables, provocan siluetas fluidas y sensuales.
Blancos de perla y mármol, amarillos ámbar y negros arrasan en su pasarela pero también vemos golpes de naranja y rojo. Todos al servicio de una colección de tacto frío, incluso en las prendas realizadas en piel.
Vera Wang, como Rodríguez, se desprende de ornamentos y florituras para centrarse en la funcionalidad de las prendas. Su propuesta va muy estructurada y juega con los tejidos y el color para obtener distintos matices y texturas.
El negro es el hilo conductor y con él dibuja el armario de una mujer urbana, deportiva y sensual, que juega con las prendas para crear distintos looks que encajan en el estilo llamado urban boy. Blancos y rojos se cuelan en la contenida paleta de color, aportando frescura y vitalidad.
Diesel Black Gold conoce muy bien los gustos de la calle y lanza prendas dirigidas a mujeres de espíritu joven que se mueven en el asfalto como el pez en el agua. El negro y el blanco marcan la colección que se caracteriza por llevar tejidos muy trabajados.
Se adivinan guiños a la tradicional estética masculina en piezas que llevan tirantes de hebilla o en petos y cazadoras sin género que se prestan a este juego de moda que es el intercambio de armarios.
La casa Badgley Mischka mezcla estilos europeos con otros latinos. París y Buenos Aries son sus referencias, dos estilos de vida que a la vez provocan dos estilos de mujer.
Las prendas desprenden sensibilidad y sensualidad, dos conceptos que juegan a encontrarse y separse en un desfile de estilo sofisticado cuya pasarela soñaba con ser una alfombra roja.