Finaliza la campaña de las elecciones griegas con un empate en los sondeos entre Syriza y Nueva Democracia
- Tsipras pide "dejar atrás las políticas del pasado y apostar por el futuro"
- El conservador Meimarakis insiste en formar una coalición de Gobierno
- El Pasok, KKE y To Potami podrían entrar en el Parlamento griego
La campaña electoral de las elecciones griegas de este domingo ha llegado a su fin con unos sondeos que dan un práctico empate entre conservadores e izquierdistas en unos comicios que se consideran los más reñidos en los últimos 15 años.
En la recta final de su campaña, el líder de Syriza, Alexis Tsipras, se ha centrado en pedir un mandato fuerte y en asegurar que la abstención beneficia a su principal rival, el conservador Evangelos Meimarakis, que promete formar una coalición de Gobierno de amplio apoyo.
Tsipras ha cerrado este viernes la breve campaña electoral griega con un acto de campaña en el que ha contado con el apoyo de varios dirigentes de la izquierda europea, entre ellos el español Pablo Iglesias, quien ya le respaldó en el mitin final de los comicios de enero.
El líder del izquierdista Syriza ha instado a los griegos a dejar atrás las políticas "del pasado" y a apostar por el "futuro" que representa su formación en una abarrotada plaza de Syntagma.
"El domingo el pueblo dirá otra vez 'no', no al viejo sistema que representa la Nueva Democracia de Meimarakis", ha exclamado.
En un discurso combativo, Tsipras ha pedido un mandato fuerte para dar al traste con "la intención de los conservadores de convertir nuestro Gobierno en un paréntesis" de la historia.
Antes del inicio del acto, Pablo Iglesias ha afirmado que apoya a Syriza porque representa el "futuro" y permite imaginar "una Europa más justa" frente a los "poderes financieros". Ha afirmado, además, que Tsipras luchó "como un león" durante sus complicadas negociaciones con los acreedores del país, a los que calificó de "buitres".
Empate técnico en la mayoría de las encuestas
Según las últimas encuestas, no se puede dar una imagen fiable del comportamiento de los electores porque hay demasiadas incógnitas. Entre ellas, el nivel de indecisos (entre el 10% y el 15%) y de abstención.
Los institutos demoscópicos coinciden en que una elevada abstención perjudica sobre todo a Syriza, que tiene un arraigo de voto mucho más bajo que la conservadora Nueva Democracia.
Las encuestas prublicadas unas horas antes del fin de esta campaña apuntan a una ligera ventaja de Syriza.
De acuerdo a las investigaciones demoscópicas, a pocos días de las elecciones Syriza solo tenía asegurado al 64% de los votantes de enero, mientras que Nueva Democracia contaba con el 84%.
Los sondeos de los institutos Pulse, ALCO y Metron Analysis dan una imagen muy similar, que únicamente se diferencia en que unos dan a Nueva Democracia por delante y los otros a Syriza.
La encuesta de Pulse da un empate absoluto, con ambos partidos en el 28%; ALCO da una ligera ventaja a Syriza, con el 25,3% frente al 25%.
Todos los institutos coinciden en que los neonazis de Amanecer Dorado podrán defender el tercer puesto, con un porcentaje de entre el 6,2% y el 6,7% de los votos.
Con seguridad entrarán en el Parlamento los socialdemócratas de Pasok, el comunista KKE y el centrista To Potami, todos entre el 5% y el 7%. La mayoría de los sondeos da a la Unidad Popular -partido escindido de Syriza- justo dentro del arco parlamentario.