Burkina Faso retoma su transición hacia la democracia tras la rendición de los golpistas
- Michel Kafando y su Gobierno en pleno son reinstalados en el poder
- Con todo, parece que continúa la negociación con los golpistas sobre su futuro
- Las tropas leales han retrasado sus posiciones y los sublevados están confinados en cuarteles
El presidente de Burkina Faso, Michel Kafando, que fue retenido por militares que dieron un golpe de Estado contra el Gobierno del país la pasada semana, ha recuperado su cargo y el líder golpista se ha dado por vencido, aunque queda por conocer qué suerte correrá él y cómo se desarmarán sus efectivos.
"La transición está de vuelta y retoma en este mismo momento el ejercicio del poder del Estado", ha declarado Kafando en un acto en memoria de los al menos 10 fallecidos de las protestas contra el golpe. También ha tomado posesión formal el primer ministro del Gobierno de transición, el teniente coronel Isaac Zida, así como el resto de ministros en presencia de los presidentes de Niger, Benin y el vicepresidente nigeriano, informa AFP.
Pese a este anuncio, los militares golpistas, encabezados por el general Gildert Diendéré, no han entregado aún las armas. El Ejército leal, que el martes entró en la capital, Uagadugú, haciendo fracasar la intentona, ha pactado con los sublevados retirarse a 50 kilómetros de la ciudad para evitar tensiones. Los golpistas, por su parte, continúan acantonados en los cuarteles.
Misión internacional de mediación
Las dos partes militares antagónicas se reunieron con Mogho Nebraska, "el rey de los Mossi", una figura paterna muy respetada en la sociedad de Burkina Faso y llegaron a este acuerdo horas antes de la llegada a la capital de una misión de presidentes enviada por la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO).
Según AFP, después de la ceremonia de restauración del poder transitorio, los mandatarios extranjeros así como el embajador de Estados Unidos se han reunido a puerta cerrada con Diendéré.
Después, ha hablado con periodistas para dar por "terminado" el golpe y "asumir las responsabilidades" de su acción. Antes de retirarse, a un lugar que no ha trascendido, ha dicho haber recibido "garantías" de que la Guardia Presidencial no será disuelta.
La responsabilidad que deben asumir los golpistas y la disolución de ese cuerpo de élite creado en 1996 por Compaoré siguen siendo los principales puntos por resolver.
Las autoridades transitorias consideran que los militares sublevados no deben salir impunes, y este mismo miércoles una manifestación en Uagadugú con más de un millar de personas, según AFP, han coreado "No a la aministía"
Dudas sobre el proceso electoral
Ahora, las autoridades esperan celebrar las elecciones presidenciales como muy tarde el próximo 22 de noviembre, un mes y medio más tarde de lo previsto. Estos comicios pondrán fin a la transición civil iniciada tras la caída hace casi un año del dictador Blaise Compaoré, que estuvo 27 años en el poder.
Los sublevados justificaron su acción debido al veto electoral a los simpatizantes del anterior régimen. En concreto, exigían derogar la controvertida disposición aprobada hace unos meses que, efectivamente, impedía presentarse a las próximas elecciones a quienes apoyaron el año pasado la enmienda constitucional que --de no haber mediado la revuelta popular-- hubiera permitido a Compaoré aspirar a un quinto mandato.
Aunque en principio algunas fuentes habían dicho que la mediación internacional había logrado el compromiso de derogar esa norma, la CEDEAO no se ha pronunciado formalmente al respecto, según AFP.