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Elecciones catalanas 2015 | Debate

Margallo subraya que Cataluña se "autoexcluiría" de la UE y Junqueras rechaza las "profecías apocalípticas"

  • Cara a cara de altura y sin acuerdo entre el ministro y el candidato de Junts pel Sí
  • El líder de ERC afirma que las "profecías" del Gobierno chocan con realidad
  • Margallo cree que Cataluña tendría un 37% de paro y pensiones un 40% inferiores
  • Junqueras niega este "apocalipsis": no saldría de la UE ni habría aranceles

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Margallo defiende las ventajas de una Cataluña en España ante un Junqueras que reniega de "profecías apocalípticas"

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, y el líder de ERC y número cinco de la candidatura de Junts pel Sí, Oriol Junqueras, debatieron en la televisión catalana 8TV sobre las consecuencias europeas de declarar la independencia de Cataluña, aunque sin lograr una respuesta esclarecedora a la pregunta, porque no se pusieron de acuerdo en la premisa principal.

Mientras para Margallo una declaración unilateral de independencia supone una "autoexclusión" de la Unión Europea y de todos los derechos que ello acarrea, Junqueras ha insistido en que, al no perderse la nacionalidad española -como dice que ha confirmado el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy-, los catalanes "mantendrán en cualquier caso la ciudadanía europea".

Se había convertido en el debate más esperado de esta campaña electoral, pese a que los candidatos principales se han prodigado en televisión, y fue un debate de altura, con un tono cordial impecable, un equitativo reparto de los tiempos (sin proponérselo, ambos hablaron algo más de 23 minutos), con citas de autoridad, incluyendo a Albert Camus, san Agustín de Hipona, Plutarco y Séneca y, como no podía ser menos, una larga retahíla de artículos legislativos, declaraciones institucionales y jurisprudencia internacional en favor de una u otra posición, o a veces de ambas.

Margallo reconoció al comienzo del debate, previamente grabado por la tarde y emitido a las 21:45h, estar "muy preocupado" por la cuestión catalana, y que sentía sobre sus hombros la "responsabilidad" de muchos españoles que no conciben a España sin Cataluña, en un debate donde "están muy vivos los afectos de unos y de otros". Tanto quiso llevar el debate al lado emocional, que el ministro llegó a decir: "Oriol, que se os quiere mucho, no rompamos".

Margallo: "No hay expulsión, sino autoexclusión"

Para el ministro de Exteriores, presentado en el debate en su calidad de miembro de la Ejecutiva del PP, manifestó que "desde el minuto cero" los tratados europeos dejan de aplicarse en caso de una hipotética declaración unilateral de independencia, por lo que afirmó que en Cataluña no habría "expulsión, sino autoexclusión".

"La Unión Europea no va a excluir a Cataluña, y tiene razón", le dijo a Junqueras, "quien se va de casa es Cataluña, los tratados dejan de aplicarse desde el minuto cero. No hay expulsión, hay autoexclusión".

El responsable de Exteriores aseguró que no hay que lanzar "amenazas", ya que la pregunta clave es la siguiente: "¿Es buen negocio para Cataluña seguir en una España que sale de la crisis o en una Europa que avanza?".

Ante esto, Junqueras -que habló en castellano- enumeró el artículo 11.2 de la Constitución, los artículos del 16 al 24 del Código Civil y la Declaración de Derechos Humanos para defender que los ciudadanos de una Cataluña independiente no perderían la nacionalidad española ni la ciudadanía europea.

“Está resuelta nuestra continuidad como ciudadanos europeos, porque ya lo somos”, dijo. “Ningún ciudadano perderá su condición de español a no ser que renuncie explícitamente a ella y en cualquier caso la condición de ciudadanos europeos, como mínimo estará vinculada a la ciudadanía española”.

Cataluña, ¿como Argelia y Francia?

A partir de aquí, los ejemplos empezaron a ser internacionales. Margallo ha insistido en que con la independencia "se renuncia a la Constitución española y a toda la legislación que depende de ella".

"Es absurdo pretender que se puede tener una república independiente de 7,5 millones de catalanes que tengan la nacionalidad española", ha señalado, y ha puesto como ejemplo el de la independencia de Argelia de Francia, lo que ha servido a Junqueras para rebatirlo con el ejemplo del escritor Albert Camus y de otros tantos ciudadanos argelinos que mantuvieron la nacionalidad francesa (agradeció a Margallo el ejemplo "delicioso" que le brindaba).

A esto, replicó Margallo con otra analogía: "¿Me dice que los 7,5 millones de catalanes independientes van a pedir el amparo de la Constitución española? ¿Los ucranianos, georgianos, los bálticos, conservarán la nacionalidad rusa?", preguntó.

Junqueras quiso rebatir que la independencia llevara necesariamente a una renuncia de derechos y apostó por un discurso "constructivo", afeando varias veces a su adversario el uso de términos negativos como "dinamitar", "romper", etc.:

“Constituiremos un nuevo Estado que puede reconocer una nacionalidad o la doble nacionalidad, queremos que los ciudadanos ganen derechos, no que los pierdan, así que no se negará la doble nacionalidad a nadie. Sería lamentable que el Gobierno español quisiera quitarla la nacionalidad española a quien ya la tiene”.

La posición de La Haya y la ONU

El debate volvió a subir en nivel jurídico, al derecho internacional. Junqueras citó a la Corte Internacional de Justicia de La Haya para decir que "existen mecanismos democráticos que permiten la redefinición de las fronteras de los Estados" y apelando a diferentes interpretaciones legislativas. “¿Y no será mejor la interpretación del presidente de la Comisión Europea, que es el encargado de ejecutar la legislación europea?”, terció Margallo en este punto.

Junqueras pasó a la ofensiva criticando las declaraciones procedentes de la Unión Europea, Londres, Berlín y Washington sobre la unidad española. "Cuando ustedes consiguen una declaración, es por presión, insistencia, buscando compromisos e intercambios de favores, y las que se producen en sentido contrario son fruto del análisis legal de la cuestión”, contrapuso.

El ministro tuvo también su oportunidad de replicar elevando el debate internacional a la posición de la ONU en estos casos, según la cual Cataluña pasaría a ser un Estado sin reconocimiento internacional -imprescindible, recordó, para ser plenamente un Estado-, uniéndose a la lista en la que figuran Palestina, el Sahara occidental, Osetia y Abjasia del Sur y las regiones ucranianas de Lugansk y Donetsk, y sacó a relucir su experiencia diplomática sobre los motivos de las potencias para no reconocer a estos territorios.

Paro, aranceles y, el "efecto frontera"

Después de unos minutos en torno a diferentes casos del pasado y contemporáneos, desde Texas al Congo, el moderador recondujo el debate a la cuestión económica. Margallo, ha considerado que una Cataluña independiente fuera de la UE pasaría del actual paro del 19% al 37%, "la más alta del mundo", y unas pensiones alrededor de un 40% más bajas.

Además de recordar estos efectos ya citados en otras ocasiones, trajo a colación el "efecto frontera" de la independencia en las exportaciones, citando la caída drástica en el comercio entre la República Checa y Eslovaquia o de Letonia y Rusia tras su separación y prácticamente "de un día para otro".

Para Junqueras, todo esto es un "apocalipsis poco creíble" porque considera que de ninguna manera Cataluña quedaría fuera de la UE y porque, además, no pondría aranceles y cree que España tampoco lo haría porque no le interesaría; además, ha dicho que Cataluña no renunciaría al mercado español.

También, el número cinco de Junts pel Sí ha defendido la viabilidad de una Cataluña independiente y ha recordado que en el último semestre ha registrado un "récord histórico de inversión extranjera en Cataluña" y un "récord de exportaciones" al exterior.

Al final, la tenacidad de los argumentos no impidió los gestos elegantes entre ambos políticos. Margallo citó a Plutarco: "Aquí vive el presidente, el que manda vive enfrente y Oriol es el que manda”, mientras que Junqueras volvió a citar a Séneca: "Vox populi, vox dei".