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EE.UU. evita un nuevo cierre administrativo al aprobar el Congreso la financiación del Gobierno hasta diciembre

  • La solución es temporal y ahora deben negociar demócratas y republicanos
  • Una gran parte de los republicanos se ha opuesto a la prolongación de fondos
  • En octubre de 2013, la Administración federal cerró 16 días por falta de acuerdo

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Obama abraza a uno de los congresistas demócratas con los que se reunió este miércoles en la Casa Blanca
Obama abraza a uno de los congresistas demócratas con los que se reunió este miércoles en la Casa Blanca.

El año fiscal comienza este jueves en EE.UU. sin sobresaltos, después de que se haya evitado en el último momento el riesgo de un nuevo cierre de la Administración federal. La parálisis se ha eludido gracias a la aprobación en el Congreso de un proyecto de ley que asegura la financiación del Gobierno hasta el próximo 11 de diciembre. Sin embargo, esa solución presupuestaria es sólo temporal y ahora se abrirán nuevas negociaciones entre republicanos y demócratas para tratar de resolver su enfrentamiento sobre el gasto público y conceder una estabilidad a largo plazo.

La luz verde en la Cámara de Representantes (277-151) se consiguió este miércoles por el apoyo de los demócratas, ya que una buena parte de la mayoría republicana se opuso porque querían condicionarlo a la supresión de fondos para el programa de planificación familiar Planned Parenthood.

En octubre de 2013, la guerra fiscal abierta sobre el gasto público entre los dos partidos se llevó al extremo bajo la presión de la facción republicana del Tea Party y provocó un cierre administrativo de 16 días.

Su actitud pasó factura al Partido Republicano y sus dirigentes no quieren repetir lo sucedido entonces. Por eso, ante las presiones actuales, el presidente de la Cámara y líder de la mayoría republicana, John Boehner, optó por dimitir y abandonar ese puesto a partir del 30 de octubre, después de haber pasado el proyecto de ley.

Poco antes, el Senado también había aprobado la legislación con 78 votos a favor y 20 en contra, para mantener el funcionamiento de la Administración con un nivel de crédito constante, es decir, con la misma financiación que hasta ahora.

El presidente estadounidense, Barack Obama, firmó el texto aprobado para convertirlo en ley y señaló en Washington, ante un grupo de legisladores progresistas: "La buena noticia es que parece que los republicanos han evitado por poco el cierre del Gobierno por segunda vez en dos años. Ésta es un vara un poco baja, pero debemos celebrar lo que podamos".

Desde 2011, el presupuesto de EE.UU. establece límites estrictos para cada partida de gastos, incluída la de Defensa. Esos topes son el resultado de lo que se llamó precipicio fiscal o sequester: si no se acuerda ampliar los ingresos mediante la subida de impuestos deseada por los demócratas (que implica suprimir las deducciones que beneficiaban a los más ricos), los gastos estarán muy limitados. Desde entonces, y debido a esa situación, los republicanos persiguen aumentar la partida de gasto militar a costa de reducir las de otros departamentos.