Sube a 10 los muertos en China por la cadena de explosiones con paquetes bomba
- La cadena de 18 explosiones se inició el miércoles en Liucheng al sur de China
- Según la policía, uno de los muertos es el autor de los ataques, Wei Yinyong, de 33 años
Asciende a 10 el número de muertos en la cadena de 18 explosiones con paquetes bomba producidas esta semana en el condado de Liucheng, en el sur de China. Así lo han trasladado este viernes las autoridades locales, quienes señalaron que uno de los muertos es el presunto autor de estos ataques, un hombre de 33 años llamado Wei Yinyong.
La agencia oficial Xinhua había señalado el 30 de septiembre, día en el que se produjeron la mayoría de las explosiones, que Wei había sido detenido, pero la policía local ha desmentido ese dato y ha asegurado que el sospechoso murió en el acto durante una de las deflagraciones.
Los otros dos fallecidos antes no confirmados -hasta el jueves se hablaba de siete muertes- son personas que hasta ahora figuraban como desaparecidas y cuyos cadáveres fueron al parecer recuperados en las últimas horas por los operativos de rescate. Las detonaciones causaron además 51 heridos.
Los paquetes bomba explotaron en varios edificios públicos de Liuzhou, cabecera de comarca del condado, en la región autónoma meridional china de Guangxi. Las explosiones afectaron a oficinas de varios departamentos del gobierno local, un hospital, centros comerciales y una prisión, entre otros edificios.
La última de las explosiones se produjo en la mañana del jueves, también en una oficina de la administración local. Las autoridades han descartado que los ataques sean obra de un grupo terrorista pero investigan la posibilidad de que Wei usara otras personas como cómplices para enviar los paquetes a diferentes lugares de importancia en la localidad, de unos 300.000 habitantes.
No se han aclarado todavía los motivos que presuntamente motivaron esta cadena de violentas explosiones -al menos una de ellas derribó buena parte de un edificio de cinco plantas- aunque algunos medios independientes señalaron que el sospechoso fallecido había sufrido la expropiación de su casa. La policía local pidió a los vecinos que no abran ningún paquete sospechoso, y el servicio postal de Liucheng detuvo sus servicios.
Las explosiones se iniciaron a las 15.50 hora local (9.50 hora peninsular española) y han afectado a la sede del gobierno local, un hospital, una estación de autobuses, varias zonas comerciales y una prisión, según la televisión estatal CCTV.
Pese al alto número de explosiones en lugares estratégicos y a la sensible fecha -este jueves China celebra su Día Nacional, el aniversario de la fundación del régimen comunista-, la policía local ha insistido en que descarta que grupos armados estén detrás de los ataques y apunta por ahora a un único sospechoso.
Un edificio de cinco plantas derrumbado
Imágenes enviadas por testigos a través de la red social Weibo (equivalente chino a Twitter) muestran los estragos causados por los explosivos, que han derruido buena parte de un edificio de cinco plantas y han afectado a la fachada de una sede del gobierno comarcal, donde muchos cristales de las ventanas se rompieron. También se ve a varias personas en el suelo, atendidas de urgencia, así como motocicletas y otros vehículos dañados por potentes explosiones, que llenaron de cascotes y escombros las zonas aledañas.
Investigaciones preliminares apuntan a que las deflagraciones podrían provenir de paquetes mandados por correo que contenían explosivos, por lo que la policía local ha pedido a los vecinos que no abran ningún envío sospechoso.
El suceso se produce en víspera del Día Nacional, una conmemoración del régimen comunista con fuertes connotaciones políticas en la que buena parte de la ciudadanía china disfruta de una semana de vacaciones, por lo que se incrementan las medidas de seguridad en muchas ciudades y zonas turísticas.
Otros ataques similares
China ha sufrido durante años esporádicos ataques con explosivos contra sedes de gobiernos locales, especialmente en zonas rurales, donde muchos de los autores de estos atentados eran personas descontentas con decisiones de las autoridades, especialmente expropiaciones de tierras o demoliciones forzosas.
En septiembre de 2012, un antiguo trabajador de la construcción chino que quedó paralítico en un accidente laboral en 1994 y llevaba años pidiendo una indemnización a las autoridades murió tras detonar un artefacto explosivo durante una reunión con políticos locales para exponer sus quejas.
Meses después, en mayo de 2013, dos personas descontentas con otro gobierno local por un asunto de compraventa de tierras causaron una explosión en un edificio municipal en la provincia suroccidental de Yunnan, lo que causó cuatro muertos y 16 heridos.
En julio de 2013, un hombre de 34 años que había quedado paralítico por una paliza policial hizo estallar un artefacto que sólo causó un herido (el propio autor de la explosión) pero generó gran alarma al estallar en la Terminal 3 del Aeropuerto de Pekín, una instalación con extremas medidas de seguridad.
Por otra parte, en China se han registrado en los últimos años ataques con cientos de muertos que el régimen comunista sí considera ligados a movimientos terroristas, especialmente en la región de Xinjiang (noroeste), donde operan grupos separatistas que Pekín liga a redes yihadistas internacionales.