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Los viejos rockeros del videojuego nunca 'game over'

  • El mercado retro de videojuegos sobrevive junto a los títulos más modernos
  • Lo hace normalmente gracias a un público ochentero, de entre 30 y 50 años

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Los videojuegos de las máquinas recreativas han sobrevivido al paso de los años.
Los videojuegos de las máquinas recreativas han sobrevivido al paso de los años.

Hubo un tiempo en el que las monedas de 25 pesetas eran el pasaporte hacia un universo de píxeles donde prácticamente cabían todos los sueños infantiles. De fondo, sonaba una melodía adictiva que te perseguía hasta el último rincón de la mente, como la del Tetris, aunque de vez en cuando también se escuchaba el golpe violento de las bolas rebotadas contra el cristal de un pinball o contra el fondo de la portería de un futbolín.

Los niños pasaban las tardes haciendo cola frente a las máquinas de mayor éxito, mientras masticaban el bocadillo de la merienda. Otros lo hacían con sus consolas y ordenadores en el salón de casa, cronometrados con precisión suiza por sus madres; en compañía de erizos azules, naves espaciales de todo tipo y simpáticos fontaneros saltarines. Esos niños crecieron y se convirtieron en adultos, pero nunca han olvidado aquellos juegos que les hicieron tan felices.

Los videojuegos han evolucionado al ritmo furioso al que lo ha hecho la tecnología. Comparar un título actual con otro de hace veinte o veinticinco años puede sonar poco menos que a un disparate. Sin embargo, estos rudimentarios juegos cuentan con un elemento a su favor que les ha permitido sobrevivir con buena salud a pesar de su abismal inferioridad: la nostalgia.

Caseta en MGW de la empresa barcelonesa Factory Arcade.

Caseta en MGW de la empresa barcelonesa Factory Arcade. Factory Arcade

"A fin de cuentas, nosotros no vendemos máquinas, vendemos nostalgia", afirma Ricardo Domínguez, que ha acudido desde Terrassa a la Madrid Games Week, la feria madrileña donde se da cita anualmente el sector de los videojuegos, con su empresa Factory Arcade, dedicada a vender máquinas personalizadas que son prácticamente iguales a esas que inundaban los salones y los bares de hace dos décadas. Solo que ahora se guardan un as importante bajo la manga: un ordenador que emula hasta 5.000 juegos de arcade y consolas clásicas, como Megadrive, Master System, Nintendo y Super Nintendo.

Pocos niños hubo que no soñaran con tener en sus casas uno de esos artefactos de los que brotaban maravillas como de la chistera de un mago. Y ahora, convertidos en niños grandes, algunos no han podido resistir la tentación de hacer realidad ese anhelo infantil.

La filosofía de Factory Arcade es la misma que la de Matamarcianos.es, aunque en este último caso sus productos son de menor tamaño. "Nosotros vendemos muebles adaptados para que puedas acoplar una tableta o un teléfono móvil, y jugar a los emuladores MAME o a otras plataformas como Megadrive, Atari...", explica Irene Fiz, responsable de esta empresa con sede en Málaga.

matamarcianos.es vende muebles para acoplar tabletas o móviles.

matamarcianos.es vende pequeños muebles para acoplar tabletas o móviles. matamarcianos.es

"Nuestro nicho de mercado va desde los 30 hasta los 50 años. Es ya un público mayor, ochentero... Lo que ocurre es que no se trata de un producto de primera necesidad, y por eso tenemos altibajos, pero aún así creo que hay mucho futuro por delante", comenta.

Contraste

Ver tan cerca, por ejemplo, al Nathan Drake de la última entrega de Uncharted, que se ha presentado en la Madrid Games Week, y al primer Pac-Man, produce un efecto de contraste que solo puede provocar ternura hacia el comecocos y su extremada sencillez. Porque no se puede olvidar que el primero, con toda su maravillosa grandiosidad, no existiría sin el segundo.

"Intentar vender un juego de éstos a un chavalito actual es muy complicado, porque en seguida se aburrirían", asegura el youtuber Víctor Trenado (Mi mundo en 8 bits), que ha acudido a la feria con su caseta en la que vende juegos antiguos para distintas plataformas, que abarcan desde Spectrum, Amstrad y Atari hasta la XBox o las diferentes versiones de PlayStation. "Pero la gente se tiene que dar cuenta de que todo lo grande, como los productos de Sony o Microsoft, también ha salido de aquí".

Víctor Trenado, flanqueado por dos de sus compañeros en el 'stand' de

Víctor Trenado, flanqueado por dos de sus compañeros, en el 'stand' de "Mi mundo en 8 bits". Mi mundo en 8 bits

Trenado apunta a un resurgir de estos juegos retro motivado por las nuevas plataformas, como los dispositivos móviles: "Ahora, los desarrolladores de juegos indie están tirando mucho a los 16 bits, a los juegos más simples, más de jugar por jugar. No se trata de desarrollar una macrohistoria, sino de hacer los juegos más básicos, como antiguamente se hacían, primando la jugabilidad por encima de los gráficos".

Románticos

Vivir de estos juegos es muy difícil, y normalmente es la ilusión la que sustenta a estos románticos del píxel grande. "Lo hacemos por amor al arte - asegura Trenado-, yo vendo para poder comprar más juegos, porque en el fondo es como una reunión de amigos que quieren entre todos conseguir una gran colección".

Es una actitud similar a la de Albert García y Atila Merino, dos blogueros catalanes (Videojuegos retro) que han presentado en la MGW su proyecto Amstrad eterno. "El 16 de abril de 2016 organizaremos en Barcelona la primera feria exclusiva de Amstrad en toda España -adelanta Albert-, y estamos aquí para presentarla".

El proyecto 'Amstrad eterno' va a organizar una feria exclusiva en Barcelona en abril de 2016.

El proyecto 'Amstrad eterno' va a organizar una feria exclusiva en Barcelona en abril de 2016. Amstrad eterno

"No tenemos ánimo de lucro, lo que queremos es que se recuerden los ordenadores con los que jugábamos cuando éramos pequeños", puntualiza Atila.

"Somos conscientes de que no tienen nada que ver los juegos de Amstrad con los actuales. Aquí prima la magia... Eran juegos dificilísimos que a los cinco minutos abandonabas porque no podías con ellos, pero que te enganchaban para volver a jugar y te picaban para seguir. Ahí está la gracia", concluye. Porque la verdadera gracia, y su principal virtud, residen en la nostalgia.