Valentino, Chanel y Saint Laurent, batalla de agujas
- La casa Valentino se inspira en la culturas africanas
- Lagerfeld convierte la pasarela en un aeropuerto de moda
- Slimane, creativo de Saint Laurent, dibuja la inocencia perdida
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Quedamos en el Aeropuerto Paris Cambon, para coger un vuelo de la Chanel Airlines. Facturamos y nos dirigimos a la puerta de embarque. La Nº5, por supuesto. Y ahora abróchense los cinturones, comienza el desfile.
Lagerfeld se supera. Nos dejó con la boca abierta al convertir su pasarela en una calle por la que las modelos se manifestaron por la igualdad y también cuando la convirtió en un supermercado o un casino.
Ahora ha recreado una terminal de aeropuerto y por ella han pasado las modelos, algunas incluso con maletas que han dejado en los improvisados mostradores de facturación.
La colección, muy extensa, juega con los colores de los uniformes, especialmente rojos, azules y blancos, y lleva todo tipo de prendas, destinadas a diferentes mujeres. Vemos conjuntos muy juveniles de estilo deportivo y prendas de aire sesentero.
De esa década, tan marcada por la carrera especial, reinterpreta piezas en tonos metalizados, casi siempre en plata, y chaquetas y cazadoras realizadas con tejidos tecnológicos.
Las mezclas de color, impactantes, van dominadas por todos los tonos del cielo, y las superposiciones desprenden un aire improvisado, como de última hora. Nada más lejos. Este viaje de Chanel estaba muy bien planeado por Lagerfeld. El káiser no deja nada sin atar.
La casa Valentino vuelve a enamorar. Sus vestidos son piezas de deseo, a pesar de tener una fuerte carga decorativa y una estética barroca, pesada, cargada de simbolismos.
Ahora es África su fuente de inspiración. Maria Grazia Chiuri y Pierpaolo Piccioli, sus directores creativos, toman prestados códigos y elementos de las culturas exóticas, como las plumas y el colorido en bloques, para decorar vestidos de ensueño realizados con encaje de tonos alegres y elegantes bordados.
Le ocurre lo mismo, aunque en otro estilo, a Hedi Slimane. El director creativo de la casa Saint Laurent vuelve a recrear el ambiente urbano, nocturno y despreocupado que tanto le gusta.
La colección, fantástica, retrata a las adolescentes de inocencia perdida, a lolitas, y a mujeres que, en el fondo de su corazón, todavía sueñan con ser princesas. Al principio vemos prendas en denim y vestidos en un delicado tono nude, realizados con tejidos transparentes muy trabajados.
El vestido es la pieza central. El diseñador lo sigue haciendo corto pero ahora también lo saca con falda larga (pensando en las alfombras rojas), siempre buscando la verticalidad, con patrones muy sensuales y guiños a los años setenta y los veinte.
La silueta es relajada, las líneas fluidas y los tejidos lánguidos y descarados. Las prendas de abrigo salen del armario masculino, tipo boyfriend, para proteger, y no solo de las inclemencias del tiempo.
Las casas Sonia Rykiel y Hermés también han presentado sus colecciones. Son dos formas distintas de ver un armario. La primera dibuja una propuesta sofisticada, con prendas de temporada que poco recorrido.
Hermés, sin embargo, realiza prendas intemporales, recreando los códigos de la casa, y apostando por la calidad, tanto del tejido como del patrón.