'La princesa caprichosa y el desdichado trovador', un canto a la libertad
- Un cuento de Diana y Lorena Azpiri, hijas del dibujante Alfonso Azpiri
- Narran la historia de un trovador preso por los caprichos de una princesa
Poco a poco Diana (escritora) y Lorena (ilustradora), las hijas del dibujante Alfonso Azpiri (Lorna, Mot) se van haciendo un hueco en la literatura infantil gracias a su tesón y a la calidad de sus propuestas. Después de los estupendos Brujilda (Ilarión ediciones) o Me importa un culo (Dib>buks) nos sorprenden con otro cuento inolvidable: La princesa caprichosa y el desdichado trovador (La Tribu).
“Es la historia de un trovador que es un espíritu libre y aventurero que termina cautivo en un castillo por un desafortunado error –nos cuenta Diana-. Su vida, antes libre y despreocupada da un drástico giro cuando, de pronto, se encuentra a merced de los caprichos de una joven princesa, que decide mantenerlo como su músico particular en contra de su voluntad. Ahí comienza el infortunio de nuestro protagonista, que se ve, inexplicablemente, privado de su mayor tesoro: su libertad”.
Un cuento que la joven escritora define de la siguiente forma: “Es un canto a la libertad, a la sencillez, a la humildad. Se puede mirar como una modernización de los clásicos, que siempre han sido nuestro punto de partida y nuestra referencia a la hora de crear cuentos infantiles, pero casi responde más a un sentimiento propio que ha ido creciendo en nosotras a lo largo de estos últimos años tan convulsos: el regreso a una existencia humilde, el amor por la tierra, el valorar otras cosas frente al dinero. Se trata de extender y explicar el famoso dicho "no es más feliz quien más tiene, si no el que menos necesita".
En cuanto al mundo en el que se desarrolla la historia, Lorena lo define así: “Es un lugar imaginario en la época medieval, a diferencia de otros cuentos que hemos hecho, este es un mundo realista, en el que no hay elementos mágicos”.
Una princesa caprichosa y un trovador enamorado de la vida
Diana nos presenta a los personajes de la historia empezando por la princesa: “Como explica el propio título, es ante todo caprichosa. Se trata de una jovencita malcriada y soberbia, egocéntrica y materialista, que siempre ha obtenido lo que ha deseado y parece incapaz de valorar nada Lo desprecia todo salvo a sí misma y ordena y manda sobre su padre y sobre los demás sin encontrar nunca obstáculos a su voluntad”.
“El trovador –continúa la escritora- es la antítesis de esta princesa: aventurero, soñador... parece que no precisa más del aire que respira para poder vivir. Siente la tierra como su hogar y la humildad es su lema de vida. Se trata de un hombre sencillo y pacífico que vive en absoluta libertad inspirando su música en la naturaleza y en las cosas bellas... ¡está enamorado de la vida misma!”
El rey completa el trío de protagonistas y Diana lo describe así: “Quizás sea la figura más misteriosa, y también más realista y humana, de toda la historia. Destinado desde siempre por su condición, no conoce otra cosa que el lujo y la vida regalada. Vive resignado y pasivo, interpretando el papel que le ha tocado, sin plantearse si quiera si hubiera otra opción, otra forma de vivir que él pudiera elegir... Es un pobre hombre, incapaz de imponerse ante su tiránica hija ni tomar una salida ante una vida que, según iremos descubriendo, no parece satisfacerle”.
“Hacer cuentos para niños es muy complicado”
A pesar del éxito que tienen entre los pequeños, Diana confiesa que escribir cuentos es: “Realmente complicado, en especial para mí. Me cuesta no irme por las ramas, utilizar un lenguaje más complejo del que se acostumbra a usar en los cuentos, tratar temas que se pueden considerar más adultos...”
“Aún no sé, a día de hoy, si escribo cuentos para niños o escribo cuentos, en general, que tienen la fortuna de gustarle a los niños... Lo que sí sé es que escribo las historias tal y como las quiero, no las escribo pensando en ningún caso en el público que mejor las compraría. Así que, ¿cuál es el secreto? Creo que no hay ninguno. Lo mejor es hacer lo que a uno le gusta y cruzar los dedos para que haya algún loco con el mismo sentido del humor que tú”.
Un humor que Diana considera imprescindible en su trabajo: “Creo que a través del humor podemos transmitir muchas más cosas de las que puede parecer a simple vista. Los mensajes llegan ligeros, agradables, y penetran hondo en nuestras mentes, no nos crea rechazo. Con el humor se pueden romper esquemas, se pueden tratar muchos temas importantes, temas que son tabú cuando los miramos desde una perspectiva más seria... Quien destierre el humor de su vida encontrará que así no tiene mucha gracia...”
Tampoco es fácil dibujar para niños, ya que son un público muy exigente, como nos comenta Lorena: “No creo que haya una fórmula concreta, pues con los niños pasa como con todos, que para gustos los colores. Quizás simplificar o caricaturizar las formas y, dependiendo de la edad, tener cuidado con las perspectivas complejas. Aparte de eso, lo mismo que para los adultos, que esté bien planteado. Un buen texto siempre ayuda a que los dibujos lleguen mejor al público, pues no deja de ser la ilustración de un texto concreto. Esperamos que los adultos disfruten igual de nuestras historias.
Creando un mundo de cuento
A pesar de ser hija de uno de los mejores dibujantes españoles de la historia (Alfonso Azpiri) Lorena ha desarrollado su propia personalidad y un estilo muy diferente del de su progenitor. La mejro prueba es el mundo que ha creado para esta historia: “Me he inspirado en muchas cosas –confiesa- Sigo por internet a muchos buenos ilustradores de cuentos que me dan muchas ideas. Podéis ver los ilustradores que sigo en Behance o Devianart y conocer a muchos otros, ¡hay gente con mucho talento!”
“También –continúa Lorena- me encantan las películas de animación, especialmente las películas de Pixar, Ghibli y Cartoon Saloon. Además encuentro inspiración en algunos videojuegos. Hay juegos, como por ejemplo Child Of Light, que le dan mucha importancia al diseño de mundos y que parecen páginas de cuento”.
“Y del campo, mucho campo. Tengo la suerte de vivir en las montañas así que estoy rodeada de inspiración” –asegura la artista-.
En cuanto a los personajes, Lorena asegura que: “Han variado mucho respecto a los primeros bocetos. Esto es lo primero que hago, buscar el estilo de los personajes y el físico que más se adapta a su forma de proceder en la historia, y luego viene todo lo demás. En este caso, es un estilo alegre y colorido, algo infantil pero no demasiado.Una vez sé más o menos el aspecto de personajes y escenarios, mi hermana y yo dividimos el cuento para ver cuántos dibujos haré y de qué escenas. Luego, uno por uno, dibujar y dar color y textura, todo de manera digital”.
Además, Lorena ya es una auténtica maestra del color: “El color y la luz son muy importantes. En este cuento podemos ver la diferencia de gamas entre lo que sucede fuera del castillo y lo que ocurre dentro, ayudando a empatizar con los personajes y ver lo que sienten”.
Sus proyectos
En cuanto al futuro, no les faltan ideas, como nos comenta Diana: “Mi hermana Lorena y yo coleccionamos frases con ideas para cuentos como si fueran cromos desde que nos embarcamos en esto con Brujilda. "¿Te acuerdas de aquella idea que teníamos sobre...?" "¿oye, dónde estarán las páginas que empezamos de la historia esa...?" Siempre solemos tener algún proyecto entre manos, aunque sea solo de palabra, hasta encontrar un momento propicio para las dos para poder llevarlo a cabo”.
“Actualmente –continúa la escritora- estamos a la espera de la inminente publicación de un cuento, uno de nuestros preferidos, que nació allá por 2010. Tenemos firmado también con esa misma editorial la publicación de otro cuento, muy diferente a los que ya tenemos. Últimamente hemos estado trabajando en un nuevo proyecto que aún no hemos movido por las editoriales, pero que esperamos que, tarde o temprano, pueda ocupar un huequito en nuestras estanterías. Esperamos poder estar en esto a lo largo de nuestras vidas, ¡así que no podemos quedarnos sin ideas!”.
Lorena también está muy ocupada y confiesa que no le importaría meterse en el mundo de los videojuegos como ya hizo su padre con las míticas portadas de los 80: “Tenemos varios cuentos juntas a la espera de ser publicados este año, y otros nuevos en los que estamos trabajando. Yo por mi parte siempre estoy buscando nuevos cuentos y colaboraciones, y también he ilustrado algunos de otros autores que pronto estarán en las librerías. Y me encantaría meterme en el mundillo de los videojuegos y la animación, ya sea ilustrando portadas o diseñando personajes y escenarios. ¡Hay que hacer de todo!”. (podéis seguir su trabajo en su web: http://www.lorenaazpiri.com/)