La modernidad de Louis Vuitton destaca en el cierre de la pasarela
- Nicolas Ghesquière, creativo de Vuitton, asombra con su propuesta
- La casa Miu Miu rebusca en los armarios de los años 60 y 70
- Blog de Moda: Demna Gvasalia, nuevo director creativo de Balenciaga
Si cogemos el vestido recatado de la tía solterona, la chaqueta de nuestro tío 'el greñas', el abrigo de la abuela moderna, el minivestido de la prima yeyé, la negligé de la otra tía soltera y lo juntamos todo, puede que nos salga algo parecido a la colección de Miu Miu.
La firma, abanderada del lujo fácil de llevar, se adentra ahora en una estética retro pero, lejos de reinterpretar las prendas que arrasaron en la serie Cuémtame, se limita a recuperarlas tal cual y, eso sí, mezclarlas con descaro.
La gama de colores, enmarcada en una paleta fría y vintage, tiñe prendas de aire despreocupado, realizadas con patrones masculinos que se despegan del cuerpo. Motivos geométricos como los rombos sirven para alegrar tímidamente una propuesta difícil de llevar y fácil de olvidar.
Moncler Gamme Rouge ha presentado un bello ejercicio de costura inspirado en el deporte de la esgrima. Esta disciplina nace en el siglo XV, presumiblemente en España, país que despunta aquellos años por la creación de prendas que luego han sido decisivas en la evolución de modas posteriores.
Giambattista Valli, el director creativo, crea un bello jardín para que las modelos, florete en mano, se luzcan con coquetería. La misma que tienen las prendas. Todas llevan un patrón muy estructurado, como si fueran armazones, pero se bordan y decoran con delicadas flores y cristales de gota de rocío.
Destacan las transparencias que aportan un efecto tridimensional gracias a las superposiones y las prendas perforadas que están inspiradas en las caretas de los esgrimistas. El blanco, como no, ha sido el tono estrella.
Mientras muchos de sus colegas miran al pasado y se entretienen rebuscando en la moda de las décadas de los 60 y 70 del siglo XX, Nicolas Ghesquière, director creativo de Louis Vuitton, tiene la mente puesta en el futuro.
Su propuesta, pensada especialmente para las clientas asiáticas, juega con los códigos de las culturas urbanas, con guiños al manga y a la estética futurista. Urbana y de espíritu joven, la colección quiere vestir a mujeres de aspecto fuerte, con carácter.
El diseñador se esmera reinterpretando piezas clásicas, iconos intemporales como la biker o el minivestido, y sin querer, o quieriendo, reinterpreta la moda para hacer historia.
Se apuesta por las prendas sin género, que funcionarían igual en un armario masculino, pero también se proponen piezas que llevan impresas una carga de sensualidad y feminidad.
Algunos colores alegres, como el rosa o el verde, sirven para resaltar la hegemonía de los grises ciudad, a veces con texturas metalizada. Las prendas de día van muy estructuradas, protegiendo, y las de noche invitan al descaro con líneas más holgadas y patrones lánguidos.