La Policía fiscal italiana registra la sede de Volkswagen en Verona y la de su filial Lamborghini en Bolonia
- Dentro del escándalo de la manipulación de motores para falsear emisiones
- La Fiscalía de Verona investiga si se cometió un delito de fraude comercial
La Policía fiscal de Italia ha registrado este jueves la sede del grupo Volkswagen (VW) en la ciudad italiana de Verona y la de su filial Lamborghini en Bolonia, en el marco del escándalo por la manipulación de las emisiones contaminantes protagonizado por el fabricante de automóviles alemán.
La Fiscalía de Verona ha comenzado una investigación ante la sospecha de que se haya podido incurrir en un delito de fraude comercial, según han informado medios de comunicación italianos. En el centro de esa investigación se encontrarían algunas personas que componen la cúpula directiva de la marca en Italia. De hecho, según la agencia de noticias AGI, seis directivos del grupo han sido puestos bajo investigación judicial.
Los registros realizados este jueves están encaminados a obtener documentos vinculados a la manipulación de determinados motores diésel del grupo germano para ocultar sus emisiones reales, un trucaje admitido ya por el gigante de la automoción.
Volkswagen Group Italia, filial de la matriz alemana, importa vehículos Volkswagen, Audi, Seat y Skoda.
VW ha señalado que en Italia hay 648.458 vehículos con motores manipulados que alteraron los datos sobre emisión de gases contaminantes. Según una nota del grupo, hay 361.432 coches Volkswagen afectados, 197.421 de la marca Audi, 35.348 de Seat, 38.966 de Skoda y 15.291 de vehículos comerciales con motor Volkswagen.
El pasado 18 de septiembre, las autoridades estadounidenses revelaron que habían detectado miles de vehículos diésel del grupo alemán con un software que permitía reducir las emisiones contaminantes de motores tipo EA189 durante las pruebas de control, aunque fuera de esos tests, los automóviles contaminaban por encima de los niveles permitidos.
El fraude fue confirmado después por Volkswagen, ha abierto la mayor crisis del grupo en sus 78 años de historia y podría costarle miles de millones de euros en reparaciones, multas e indemnizaciones.