Reino Unido agasaja a Xi Jingping en una visita volcada en los acuerdos comerciales con China
- El presidente chino ha sido recibido con gran pompa por la familia real británica
- El Gobierno espera cerrar inversiones por más de 40.800 millones de euros
- Unas 200 personas han protestado contra las violaciones de DD.HH. en China
El presidente de China, Xi Jinping, ha comenzado este martes su visita oficial de cuatro días en Londres con un recibimiento cargado de pompa y ceremonia por parte de la familia real británica, en un viaje volcado en los acuerdos comerciales por valor de 40.000 millones de euros que el Gobierno británico espera cerrar con la segunda economía del mundo, aunque no está exento de polémica, con los reproches y protestas de las organizaciones de defensa los derechos humanos.
Así, dos centenares de personas convocados por organizaciones como Free Tibet o Amnistía Internacional se han concentrado junto a la estatua de Jorge VI, en el parque de St. James, para denunciar las violaciones de los derechos fundamentales en China.
Sus consignas, sin embargo, se han visto acalladas por los miles de personas, casi todas ellas chinas, que han jaleado, armados de banderas chinas y británicas, a Xi y a su esposa, Peng Liyuan, en su trayecto en carroza por el Mall hasta el Palacio de Buckingham, donde se alojan como huéspedes de la reina Isabel II y el príncipe Felipe de Edimburgo.
El presidente chino, el primero que visita Reino Unido en una década, ha sido recibido por la familia real, incluidos el príncipe Carlos y su esposa, la duquesa de Cornualles, y a continuación ha pasado revista junto al duque de Edimburgo a la guardia real montada a caballo de la Reina, quien ofrecerá en palacio un banquete en su honor.
Discurso ante el Parlamento
Está previsto que Xi se dirija esta tarde a las dos Cámaras del Parlamento de Westminster -Comunes y Lores- y su agenda incluye además entrevistas con el primer ministro británico y líder tory, David Cameron, y con el dirigente del opositor Partido Laborista, Jeremy Corbyn.
El programa de este martes contempla también un encuentro con Carlos de Inglaterra, al que China no ve con los mejores ojos por la amistad que le une con el Dalai Lama y que no asistirá al banquete en honor de Xi Jingping, en su residencia de Clarence House.
De hecho, una entrevista de Cameron con el propio Dalai Lama en 2012 fue el origen de un enfriamiento de las relaciones entre ambos países que el Gobierno británico ha tratado de revertir en los últimos años, hasta culminar el acercamiento en esta visita, con la que trata de situarse como el principal socio de China en occidente.
Así, se espera que el viaje se salde con la firma de acuerdos comerciales y de inversión por valor de 30.000 millones de libras (unos 40.800 millones de euros), que, según Downing Street, permitirá crear 3.900 empleos. La mayor de esas inversiones será la inyección de 16.000 millones de libras en la central nuclear que la compañía francesa EDF construye en Hinkley Point, en el sureste de Inglaterra.
“El comercio y las inversiones entre nuestras naciones aumentan y los lazos entre ambas son fuertes“
"Va a ser un momento muy importante para las relaciones entre China y Reino Unido. El comercio y las inversiones entre nuestras naciones aumentan y los lazos entre ambas son fuertes", presumía Cameron, que se reunirá hasta en tres ocasiones con Xi Jingping, en un comunicado difundido justo en el inicio de la visita.
Críticas al Gobierno británico de los defensores de los derechos humanos
Aunque Cameron no ha descartado abordar la cuestión de los derechos humanos, el Gobierno británico apuesta en los últimos tiempos por mantener entre bambalinas sus reproches en ese aspecto contra China, asegurando que son más eficaces que cuando se hacen públicos.
“Cameron debería ser un líder mundial que luche en favor de la democracia y de los derechos humanos por todo el mundo“
Una estrategia que no acaba de convencer a los defensores de los derechos humanos: "Estoy muy decepcionado por las acciones del Gobierno británico", declaraba este martes a AFP Joshua Wong, el estudiante de 19 años que se ha convertido en el rostro visible del movimiento en favor de la democracia de Hong Kong. "Cameron debería ser un líder mundial que luche en favor de la democracia y de los derechos humanos por todo el mundo", añadía.
Los rivales políticos también critican la actitud de Downing Street: "Me sorprende que sacrifiquemos nuestros valores para hacer negocios", decía Fabian Hamilton, diputado laborista y presidente del grupo parlamentario en defensa del Tíbet.
No parece que esas voces críticas vayan a empañar una visita que ambos gobiernos han preparado cuidadosamente para inaugurar una "edad dorada" en las relaciones entre Reino Unido y China.