Ricardo Darín: "Lo que realmente me gusta es el teatro, el choque con la gente"
- El actor presenta Truman, dirigida por Cesc Gay y participada por TVE
- Por el filme, ganó ex aequo con Javier Cámara la Concha de Plata
- Darín también gira en España con la obra Escenas de la vida conyugal
El brillo del actor Ricardo Darín resplandece un poco más a su paso por España donde en los últimos meses encadena éxitos en teatro y cine.
Sobre las tablas gira por Barcelona, Madrid y Valencia con Escenas de la vida conyugal. Una reflexión ácida sobre los avatares de la vida en pareja dirigida por Norma Aleandro y basada en un texto de Ingmar Bergman.
En la gran pantalla, presenta Truman de Cesc Gay (Una pistola en cada mano), por la que ya ha sido galardonado con la Concha de Plata al mejor actor, junto a su compañero Javier Cámara, en el reciente Festival de San Sebastián.
El bonaerense desprende un innegable carisma que le ha convertido en uno de los actores más aclamados de habla hispana, y en el que más atrae a los espectadores a las salas españolas desde que se dio a conocer con Siete Reinas o El hijo de la novia.
¿Por qué gusta usted tanto al público español? Le preguntan en pleno frenesí de interminables entrevistas para la promoción de sus proyectos.
“Truman habla de la libertad, de los derechos y de que debemos ser más comprensivos ante los demás“
Darín tiene dos teorías. Una que es cuestión de química; la otra que es cuestión de haber puesto “cuerpo”, al haberse lanzado a hacer teatro con una versión de Arte hace diez años sobre las tablas madrileñas.
“Vi que había una grieta entre los actores que hacen cine y los que hacen teatro, y dije ¿por qué no? si en España me abrazan y me besan por la calle, y me tratan como el primo”, señala, y afirma convencido que lo que más le apasiona es el teatro por “el choque con el público”.
"En Truman la muerte es la excusa para hablar de la vida"
En sus proyectos cinematográficos, Ricardo Darín retorna a nuestro país con su papel más emotivo, que ha cosechado el aplauso unánime en San Sebastián.
En Truman, interpreta a Julián un enfermo terminal que recibe por sorpresa la visita en Madrid de Tomás (Javier Cámara) un viejo amigo profesor universitario que reside en Cánada, y que le acompañará en este tramo final de su existencia. Una historia de despedida y de reencuentro que obvia los detalles más crudos del deterioro de la enfermedad.
La película transmite a través de espléndidos diálogos una mirada lúcida, tierna y cercana sobre cómo la muerte forma parte de la vida, en un canto a la amistad más pura y verdadera.
“En Truman la muerte es la excusa para hablar de la vida. Habla de la libertad, de los derechos, y de que deberíamos ser más comprensivos con los demás”, reflexiona Ricardo Darín.
La máxima preocupación del personaje de Julián será buscar a quién cuide a su perro Truman cuando él falte. El perro será el recurso narrativo para observar como se enfrenta el moribundo a su destino y cómo sobrellevan el amargo trago sus seres queridos.
El guión está inspirado en unos diarios que escribió el director Cesc Gay sobre una experiencia similar, y que sirvieron de revulsivo para alejar el dolor.
"Nos reímos a carcajadas y lloramos como cocineras"
Truman es una tragicomedia intimista que no renuncia a la sonrisa a través de giros de humor negro, y que sostiene un elegante equilibrio sin recrearse en la lágrima fácil. La evidente alquimia entre Javier Cámara y Ricardo Darín completan el acertado conjunto.
“Nos reímos a carcajadas y lloramos como cocineras cuando pelan cebollas. Nos retroalimentamos mucho todo el tiempo y ninguno permitió que la energía del rodaje aplicada al trabajo decayera”, cuenta Darín sobre la buena sintonía con su amigo y compañero de fatigas.
Además, el intérprete argentino alaba la precisión en el guión y en el montaje de Cesc Gay para que esta delicada línea entre drama con gotas de comedia no se desbordara.
Ricardo Darín ha obrado de nuevo el milagro y literalmente se convierte en Julián en una interpretación en estado de gracia, como él mismo define "a flor de piel", en la que Javier Cámara está a la altura.
El riojano da la réplica, sin apenas palabras, en un papel contenido en el que encarna al amigo del alma, voz de la conciencia, confidente y compañero inseparable.
Truman, que se estrena este viernes, conmovió en el Festival de San Sebastián donde ya se perfiló como una de las películas españolas del año y firme candidata a cosechar Goyas.
“Me gusta que el teatro ayude a que se revisen las cosas“
Por tanto, Darín no baja el listón y sigue fascinando. Una luz que también brilla sobre las tablas en Escenas de la vida conyugal, que se representa en Madrid en los Teatros del Canal, con gran éxito de crítica y público, y que a partir del 18 de noviembre llega a Valencia.
En la representación, Ricardo Darín y Érica Rivas ponen carne y hueso a un manual de sentimientos escrito por Ingmar Bergman en 1973. Bucear en las entrañas de la relación de pareja siempre fue un asunto complejo.
“Es una obra ácida enmascarada en el humor pero va erosionando y yo se que mucha gente sale discutiendo. Me gusta mucho eso del teatro, que genere movilidad, polémica y discusión, que haga un mínimo aporte a que las cosas se revisen”. Palabra de Darín.