Estampida en un colegio tras el terremoto en Afganistán: "Cayeron bajo los pies de los otros estudiantes"
- Doce alumnas han muerto en una escuela tras una estampida causada por el pánico
- El aislamiento ha provocado un vacío de información sobre daños y víctimas
- El terremoto se produce un día después de cumplirse 6 meses del seismo de Nepal
Un día después de que se cumplieran seis meses del terremoto que el pasado abril causó en Nepal casi 9.000 muertos, Pakistán y Afganistán han sufrido este lunes el embate de un seísmo de 7,5 grados que ha dejado al menos 238 muertos y más de un millar de heridos en los dos países.
Si bien el aislamiento y la pobreza de las zonas afectadas multiplican la crudeza de la catástrofe, el suceso deja episodios de gran dureza. Es el caso de doce niñas afganas de una escuela de la localidad de Taluqan, en la provincia de Tajar, colindante con Badajshan, que han muerto en una estampida causada por el pánico durante el seísmo.
"Cayeron bajo los pies de los otros estudiantes", se ha lamentado Abdul Razaq Zinda, responsable provincial de la Agencia Afgana para el Control de Desastres, informa Reuters. Otras 42 jóvenes alumnas, heridas en la avalancha, fueron trasladadas al hospital local.
"Nunca he vivido nada como esto"
En Pakistán, con al menos 154 muertos, también se han sucedido escenas de pánico. "Fui lanzado de un lado a otro de la calle por la fuerza del terremoto, nunca he vivido nada como esto", explica a Reuters el periodista Gul Hammad Faruki desde el norte de Chitral en Pakistán.
"El grado de destrucción ha sido grande, mi casa se ha derrumbado, pero afortunadamente, mis hijos y yo hemos conseguido escapar", ha añadido.
Zubair Khan, también pakistaní, relata que estaban "muy, muy asustados, vimos gente abandonando edificios y estuvimos rezando". Lo cuenta desde el valle del Swat, al noroeste de Islamabad, y detalla como "mi coche se agitaba como si alguien estuviese empujándolo hacia atrás y adelante".
Sin noticias desde los lugares afectados
En Afganistán, las agencias internacionales que operan en las zonas del norte informan que las comunicaciones y la cobertura de telefonía móvil han permanecido interrumpidas tras los temblores.
Este silencio en las comunicaciones dificulta la evaluación de los daños y una estimación del número de víctimas.
"El problema es que no sabemos. Muchas líneas telefónicas aún no funcionan" ha afirmado a reuters Scott Anderson, responsable en la oficina de coordinación humanitaria de Naciones Unidas en Kabul.