La fuerza creativa del diseño africano inunda el Guggenheim
- La exposición 'Making África' llega al Museo Guggenheim de Bilbao
- Arquitectura, diseño de objetos, fotos, cine y grafismo forman la muestra
- Los creadores pretenden que se observe África desde otra perspectiva
África va mucho más allá de la hambruna, la corrupción y los espectaculares paisajes. África también es creatividad, vanguardia y reflexión que impulsa el cambio social, político y tecnológico.
Esta es una de las tesis que subyace en la muestra Making África- Un continente de diseño contemporáneo, que recoge la obra de 120 artistas y diseñadores africanos que invitan a ver el continente bajo otra luz.
La innovadora propuesta se puede disfrutar en el Museo Guggenheim de Bilbao hasta el 21 de febrero de 2016. Engloba un amplio abanico de campos creativos: diseño de objetos, arquitectura, moda, artes gráficas o urbanismo, y se completa con ciclos de cine, talleres donde participan los autores y mesas redondas.
La evolución del arte en África viene encabezada por una nueva generación de jóvenes artistas. Muchos de ellos son nativos digitales, procedentes de entornos urbanos, que trabajan colectivamente para revolucionar la manera tradicional de entender el diseño.
Una pujanza creativa que no renuncia a la crítica, plasmada con ironía, a la imagen que se puede tener de África y de los africanos desde el mundo occidental. Un estereotipo heredero de la dominación colonial que se extendió durante más de un siglo sobre el continente negro.
La exposición no aspira a ser una mirada exhaustiva y completa sobre la creatividad actual en África, un continente inmenso poblado por más de 1.000 millones de habitantes, formado por 54 naciones y en el que se hablan más de 2.000 lenguas, si no que pretende dar una panorámica general sobre lo más sobresaliente del diseño africano que se da a conocer al mundo a través de Internet.
Así lo ha explicado a EFE la comisaria, Amelie Klein, del Museo Vitra Desing, de Basilea, que ha organizado conjuntamente con el museo bilbaíno la muestra, a la que se suman trece nuevas obras de grandes dimensiones que no pudieron exhibirse en Suiza.
Un futuro distópico que no renuncia a la esperanza
La exposición se articula a través de cuatro secciones. En Prologue, se plasman las ideas preconcebidas desde Occidente sobre África e intenta desterrar tópicos y lugares comunes.
En esta línea, se encuentran las esculturas de gafas del artista keniano Cyrus Kabiru, que miran al público y le interrogan sobre quién mira a quién cuando los occidentales viajan hasta tierras africanas.
En el área I and We, el diseño se extiende como una herramienta útil para que las personas expresen por sí mismas sus aspiraciones vitales, y como impulso transformador de la realidad política y social.
Ejemplo de esta metáfora es el video El fin de comerlo todo, donde una mujer, interpretada por la cantante Sangold, flota sobre una bandada de pájaros que comienza a devorar. La imagen simboliza el consumo sin control en la sociedad moderna.
En la sección bautizada como Space and Object se habla de la influencia de las urbes en el proceso creativo.
Los diseños arquitectónicos centran este espacio donde se aborda la contraposición de los materiales hechos por la mano del hombre y los que encontramos en la naturaleza: acero versus arcilla o el reciclaje frente a la artesanía tradicional.
El recorrido en las entrañas del Guggenheim se completa con Origin and Future, que exhibe a través de moda, mobiliario y fotografías los gustos estéticos de los africanos contemporáneos que buscan sus raíces en respuesta a la globalización imperante.
En este sentido, la página web de la artista musical franco-congoleña Taali M debe entenderse como una invitación a un antiguo reino africano, según el director artístico Pierre Christophe Gam.
La indumentaria también imbrica una visión sobre un futuro ligeramente distópico que no renuncia a la esperanza en África.
Esta idea está reflejada en el pañuelo de la firma americana-nigeriana Ikiré Jones que presenta una imagen de París en 2081, en el que los ciudadanos de la nueva África concitan más admiración que la Torre Eiffel. Obras de arte y diseño que encarnan los contrastes de una cultura fascinante.