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Seminci

Mika Kaurismäki exprime la veta moderna y humanista de Cristina de Suecia

  • El director finalandés se acerca a la carismática figura de la reina sueca
  • La mujer que fue rey cosecha una excelente acogida en el festival

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El director de cine finlandés Mika Kaurismäki (i), junto a la actriz sueca Malin Buska (d)
El director de cine finlandés Mika Kaurismäki (i), junto a la actriz sueca Malin Buska (d)

Uno de los personajes más controvertidos, interesantes y decisivos del siglo XVII fue la reina Cristina de Suecia, a quien el director finlandés Mika Kaurismäki ha dedicado su última película, La mujer que fue rey, proyectada este jueves con una excelente acogida en el festival de cine de Valladolid.

No se trata de ningún documental ni tampoco de una recreación histórica, sino de la aproximación a una mujer "moderna, adelantada a su tiempo y de gran relieve contemporáneo por sus ideas", ha precisado el realizador finés durante una de las ruedas de prensa más concurridas de esta 60ª Semana Internacional de Cine (Seminci).

Fue educada como si fuera un varón, se atrevió a profundizar en una sexualidad inclinada al lesbianismo, retó a los postulados del luteranismo imperante, revisó la estrategia geopolítica de su padre (Gustavo Adolfo II), tuvo la valentía de abdicar a los 28 años y la osadía de convertirse al catolicismo para ir a vivir a Roma.

"Es como si la hija de George Bush se uniese a Al Qaeda", ha resumido la actriz Malin Buska, que encarna en la película a Cristina de Suecia, retratada ya en el cine en 1933, con Greta Garbo como protagonista, bajo la dirección del estadounidense Rouben Maomulian, y en el largometraje firmado por Anthony Harvey, en 1974, con Liv Ullmann en el papel principal.

Si bien está ambientado en el siglo XVII, el filme "mantiene aspectos de modernidad en los planteamientos de algunas religiones, en los jóvenes que a veces no saben lo que quieren y en algunas ideas próximas al feminismo", ha resumido Kaurismäki, quien ya concursó en la sección oficial de la Seminci con Los reyes magos (2008), Hermanos (2011) y Rumbo al Norte (2012).

El periodo cronológico que abarca el largometraje es el comprendido entre 1644, año de la coronación oficial de Cristina de Suecia al cumplir dieciocho años, y el de su abdicación antes de abrazar la fe católica y convertirse, ya en Roma, en una mecenas e impulsora de las artes y las letras.

Un personaje fascinante

Mika Kaurismäki, uno de los nombres más prestigioso en la historia del cine finlandés junto al de su hermano Aki, pone especial acento en el afán y curiosidad intelectual de Cristina de Suecia, fascinada por la filosofía y literatura de cualquier extracción, y el tutelaje de René Descartes, con quien compartió amistad y postulados.

Fue una de las principales impulsoras de la Paz de Westfalia, que puso fin a la Guerra de los 30 años en Alemania y cerró casi un siglo de enfrentamientos entre España y los Países Bajos, es decir "puso el germen de lo que hoy es la Unión Europea", ha resumido el director, firme candidato a la Espiga de Oro.

La única película española a concurso en la sección oficial, si no se tiene en cuenta la coproducción hispano-lituana "La adopción", de Daniela Fèjerman, ha sido "L'artèria invisible", del gerundense Pere Vilà, que ha sido acogida con división de opiniones por el público y crítica asistentes a la proyección.

Está basada en la novela "El peaje", de Joaquim Vidal y Josep Valls, aunque Vilà ha puntualizado que se tomó "todas las libertades" para elaborar la película con el permiso de los autores.

El punto de partida es el mismo en ambos casos: un político que sufre un chantaje, sin embargo la novela era "muy introspectiva" y él lo que ha hecho ha sido "estrujar todo" con nuevos personajes que acentúan el desapego y el abandono afectivo característicos de esta sociedad.

A pesar de la "incomunicación" de los protagonistas del filme, todos están unidos aunque no sean conscientes de ello, ha explicado el realizador gerundense, quien ha señalado que el título de la película, "La arteria invisible", es una metáfora de esa idea.

Nora Navas y Álex Brendemühl son los protagonistas de una cinta donde al final convergen una serie de dramas reflejados en la maternidad frustrada, la sexualidad insatisfecha, la prostitución obligada y la falta de perspectivas laborales.

La penúltima jornada de esta 60ª Seminci, antes de la lectura del palmarés y de la gala de clausura del próximo sábado, ha concluido con el pase de "Tikkun", el segundo largometraje de ficción del cineasta, artista visual y escritor israelí Avishai Sivan, rodada en blanco y negro.

Al contrario de lo que suele suceder cuando ocurre alguna experiencia límite, el protagonista de la película, un judío ultraortodoxo se entrega a la vida terrenal y al disfrute pleno cuando regresa del borde mismo de la muerte, lo que su padre interpreta como un castigo divino.